📝    HISTORIA EN BREVE

  • En estos doce estados son muy comunes las plagas de garrapatas de venado, y por esa razón, tienen la mayor prevalencia de Lyme en perros
  • Aunque la mayoría de los perros que viven en estos estados endémicos se exponen a la bacteria de Lyme, no desarrollan la enfermedad.
  • Antes de recurrir a los antibióticos, pídele a tu veterinario que realice un análisis para determinar si tu mascota solo estuvo expuesta a esta bacteria, o si contrajo la infección
  • En lugar del análisis de dirofilariosis, solicita el SNAP-4Dx, que ayuda a detectar diferentes infecciones transmitidas por garrapatas, incluyendo la enfermedad de Lyme

🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker

Si eres un lector habitual de este sitio web, entonces sabes que la llegada de la temporada de plagas me pone los pelos de punta. Aunque estoy consciente de los peligros de las enfermedades transmitidas por parásitos, creo que hay mejores soluciones que solo alarmar a los dueños o recurrir a productos químicos. ­

Dado que nuestras mascotas son nuestros compañeros de vida, tenemos los mismos riesgos de muchas enfermedades transmitidas por garrapatas; sin embargo, no por eso nos bañamos en pesticidas tóxicos para evitar estas amenazas. Optamos seguir estrategias sensatas que nos ayuden a reducir el riesgo de este tipo de enfermedades. ¿Entonces por qué hacemos todo lo contrario con nuestras mascotas?

También es importante considerar que existe mucha desinformación sobre la enfermedad de Lyme en perros, casi siempre con el objetivo de vender más productos de prevención y vacunas. Debido a esto, muy pocos se preocupan por dar información sólida que ayude a los dueños de mascotas a tomar mejores decisiones sobre la prevención de enfermedades en sus mascotas.

Enfermedad de Lyme y los perros

La bacteria Borrelia burgdorferi que transmiten ciertos tipos de garrapatas causa la enfermedad de Lyme (borreliosis).

Sin embargo, es importante comprender que, si tu mascota entra en contacto con una garrapata infectada, no significa que desarrollará la enfermedad de Lyme, ya que es muy raro que un perro se infecte (solo sucede en el 10 % de los casos). La enfermedad de Lyme en perros no es igual que en los humanos. Por ejemplo, los humanos desarrollan un sarpullido o enrojecimiento en el lugar de la mordedura, pero los perros no.

Muchos perros que se infectan con B. burgdorferi no experimentan ningún síntoma, por lo que la única forma de detectar la infección es a través de un análisis de sangre (por esa razón te recomiendo que lleves a tu mascota a chequeos de rutina al menos una vez al año). Y, cuando una mascota experimenta síntomas, suelen aparecer mucho tiempo después de que le pica la garrapata (de dos a cinco meses más tarde). Algunos de los síntomas más comunes de la enfermedad de Lyme en perros son:

  • Fiebre
  • Cojera que cambia de pierna a pierna
  • Dolor, inflamación y sensación de calor en los ganglios linfáticos
  • Letargo
  • Inflamación de articulaciones
  • Pérdida del apetito

En ocasiones, puede desarrollar una enfermedad renal grave y progresiva. Dado que la insuficiencia renal podría ser mortal, si tu perro dio positivo en Lyme, te recomiendo que le realices análisis de sangre y orina periódicos para asegurarte de que sus riñones funcionen bien.

A veces, los perros también desarrollan un problema en el corazón o el sistema nervioso después de infectarse con B. burgdorferi. También es importante mencionar que no existe evidencia que demuestre que un perro con Lyme pueda transmitir esta enfermedad a un humano. Lo que sí podría suceder es que tú, o algún otro miembro de tu familia, se infecte por la picadura de la misma garrapata que infectó a tu mascota.

Es poco común que un perro desarrolle la enfermedad de Lyme

Hace unos años, se realizó un estudio que evaluó la enfermedad de Lyme en perros beagle que se expusieron a la bacteria B. burgdorferi. Ninguno de los perros adultos desarrolló la enfermedad, ni mostraron síntomas. Es decir, no desarrollaron fiebre, síntomas de gripe, problemas cardíacos, ni neurológicos.

Pero, unos meses después de la exposición, los cachorros del estudio desarrollaron síntomas transitorios como fiebre y cojera durante casi cuatro días. Al quinto día, los síntomas desaparecieron, lo que indica que los cuerpos de los cachorros eliminaron la infección en poco tiempo. Los resultados de este estudio se correlacionan con lo que los veterinarios ven en sus consultorios.

Alrededor del 95 % de los perros en Estados Unidos que dan positivo en Lyme viven en alguno de los doce estados con mayor prevalencia de esta enfermedad (aquí puedes ver el mapa). Estos son estados en los que la enfermedad de Lyme es endémica (generalizada): estados con infestaciones masivas de garrapatas de venado. Aunque hay casos de Lyme en otros estados, en dichos lugares la infección se considera rara, por lo que no se realizan análisis de rutina, a menos que el perro presente algún síntoma.

En las áreas del país donde prevalece la enfermedad de Lyme, los veterinarios suelen realizar análisis periódicos con el fin de detectar enfermedades, incluso en perros sanos. Los resultados demuestran que, muchos perros son seropositivos, lo que significa que tienen anticuerpos de la enfermedad de Lyme porque estuvieron expuestos a la bacteria. Pero no presentan síntomas de la infección.

La conclusión es que, si bien la exposición a la bacteria B. burgdorferi en perros es común, la infección que genera la enfermedad de Lyme no lo es. De hecho, en algunas áreas de Nueva Inglaterra, la gran mayoría de los perros sanos tienen altos niveles de anticuerpos contra Lyme: dan positivo en la prueba de detección (un análisis de sangre 4DX o Accuplex). La cuestión es que no se trata de perros que están enfermos, sino de perros que se expusieron a la bacteria que causa la enfermedad.

Cuando digo "exposición", me refiero a que el cuerpo de los perros se encontró con la bacteria (al igual que nuestros cuerpos se encuentran con miles de bacterias diferentes con las que no nos infectamos), pero no se enfermaron gracias a que tuvieron una buena respuesta inmunológica; es decir, produjeron anticuerpos y combatieron de forma efectiva al invasor.

Los anticuerpos son una respuesta duradera que se puede medir después de que el cuerpo de tu mascota haya ganado una batalla contra algún patógeno. Estos perros se vuelven "seropositivos" en Lyme, lo que significa que se expusieron a la bacteria y ganaron la batalla.

La función de nuestro sistema inmunológico es producir una respuesta inmunológica (crear anticuerpos) ante las amenazas potenciales: patógenos virales, fúngicos y bacterianos que se encuentran en nuestro entorno. Por suerte, casi siempre lo hace de forma automática, por lo que rara vez nos infectamos. Nuestra mascota tiene el mismo sistema de defensa que nuestro cuerpo.

Las estadísticas demuestran que el sistema inmunológico de los perros seropositivos ya identificó al patógeno que causa Lyme y desarrolló una respuesta adecuada y efectiva. Entonces, aunque den positivo, no desarrollan los síntomas. ¡Y NO necesitan antibióticos!

El mal uso y abuso de los antibióticos

Cuando se trata de la enfermedad de Lyme, los veterinarios suelen abusar de los antibióticos. Por desgracia, muchos veterinarios no saben diferenciar la exposición de la enfermedad, por lo que recetan antibióticos innecesarios que pueden destruir el microbioma de tu perro y dejarlo susceptible durante mucho tiempo. Creo que, en un futuro, casi todos los perros serán seropositivos en Lyme. A pesar de esto, los veterinarios seguirán recetando antibióticos como si fueran dulces, y por esa razón debes estar bien informado, ya que eso te ayudará a determinar si son necesarios o no.

En Canadá, muchos perros están empezando a dar "positivo" en los análisis 4DX (que detectan gusano del corazón y enfermedades transmitidas por garrapatas), pero esto no significa que necesiten antibióticos. ¡Significa que deben hacerse otros análisis para detectar infecciones!

He notado que los veterinarios en Canadá (y muchos en Estados Unidos) se alarman mucho con estos análisis de detección preliminares y, en respuesta, recetan doxiciclina (un antibiótico) aunque no sea necesario. Mi consejo es que rechaces cualquier tipo de antibiótico, si tu veterinario los receta sin antes realizar un análisis QC6 para confirmar la infección. Debes tomar decisiones informadas y recordar que la mayoría de los perros no los necesitan.

Existe una forma de saber si tu perro está infectado o si solo es portador de anticuerpos, lo que demuestra que se expuso al patógeno pero su cuerpo ganó la batalla: realizar un análisis QC6.

NO permitas que ningún veterinario le recete antibióticos sin antes realizar este análisis. Un análisis cuantitativo de C6 (QC6) te ayudará a diferenciar entre una exposición y una infección. No permitas que tu veterinario le recete antibióticos solo porque tu perro estuvo expuesto: si lo hace, significa que no tiene el conocimiento necesario, y hacerlo podría dañar el microbioma de tu mascota.

Tal vez tu veterinario no esté bien informado, pero tú sí lo estás. Por eso debes negarte a darle antibióticos a tu mascota (a menos que se confirme la infección) e informarle a tu veterinario que, más del 90 % de los perros que dan positivo en la prueba de detección (4DX) no necesitan tratamiento, ya que su sistema inmunológico hizo justo lo que tenía que hacer: combatir la enfermedad. Una vez más, siempre solicita hacer el análisis QC6 para confirmar o no la infección.

La mayoría de los perros dan negativo en los análisis de infección CQ6 aunque ya hayan dado positivo en el análisis 4DX. Si confirmas que tu perro tiene la infección y requiere antibióticos, puedes crear un plan que le ayude a fortalecer su microbioma para minimizar el daño.

Es importante que le realices el análisis QC6 cada uno a tres meses hasta que se normalicen sus niveles. En caso de que sus niveles no se normalicen, te recomiendo que consultes a un veterinario que se especialice en medicina integrativa o funcional, ya que existen opciones efectivas para infecciones resistentes (que incluyen aceites esenciales específicos), pero esto no lo enseñan en la facultad de veterinaria convencional.

4 estrategias para proteger a tu mascota

  1. En primavera, verano y otoño, evita las áreas infestadas por garrapatas.
  2. En caso de que vivas en una zona donde la enfermedad de Lyme es endémica, o si estás un área infestada por garrapatas, revisa a tu perro dos veces al día. Revisa todo su cuerpo, esto incluye sus orejas, debajo de su cuello, en sus pies y debajo de su cola.
  3. Utiliza un repelente de garrapatas. Aunque existen repelentes naturales contra garrapatas, en las regiones endémicas de la enfermedad de Lyme de los Estados Unidos, la mayoría de los veterinarios recomiendan repelentes a base de sustancias químicas. Recuerda que debes investigar los riesgos y beneficios de cualquier medicamento antes de dárselo a tu mascota, ya que casi todos causan efectos secundarios. Si utilizas estos productos, implementa un protocolo de desintoxicación una semana después de administrárselo.
  4. Existe una vacuna para la enfermedad de Lyme, pero no la recomiendo por dos razones. Primero, se sabe que esta vacuna activa el sistema inmunológico, lo que puede desencadenar una serie de reacciones secundarias graves, como enfermedades autoinmunes. Y, segundo, la vacuna no evita que las garrapatas se adhieran, por lo que también es necesario un repelente tópico.