HISTORIA EN BREVE

  • Si la comezón de tu perro no mejora con el cambio de temporada, sobre todo si presenta problemas digestivos crónicos o intermitentes, es posible que se deba a una intolerancia a los alimentos
  • Una de las causas de la sensibilidad a los alimentos en perros podría ser la gran cantidad de contaminantes extraños que contienen los alimentos procesados para mascotas de venta comercial
  • Si sospechas que tu perro es sensible a algún alimento, es muy importante que descubras cuál es
  • Una vez que identifiques los alimentos que causan el problema, tendrás que hacer algunos cambios en su alimentación; en el caso de perros con estómagos muy sensibles, lo mejor es que lleven una alimentación casera y eviten todos los alimentos procesados
  • Todos los casos de intolerancia alimentaria son diferentes, por lo que podría ser muy beneficioso que consultes a un veterinario holístico o integrativo que te ayude a diseñar un protocolo personalizado para tu mascota

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Si con el cambio de clima tu perro aún experimenta síntomas como comezón, entonces su problema podría deberse a una “sensibilidad en el estómago”, que también se conoce como sensibilidad o intolerancia a los alimentos. En términos generales, las mascotas con alergias ambientales suelen experimentar los síntomas durante primavera y otoño, pero cuando un perro tiene comezón y se rasca sin importar la época del año, la causa podría ser un alimento específico o unos cuantos alimentos.

Ya que la mayoría de las alergias en perros suele manifestarse como comezón e inflamación en la piel, no importa la causa, el problema es que durante las primeras etapas podría ser difícil saber si un animal padece alguna sensibilidad a los alimentos o una alergia ambiental (estacional).

Por lo general, los perros con intolerancia a los alimentos no solo presentan comezón en la piel, sino que suelen padecer infecciones cutáneas y auditivas y, en ocasiones, diarrea y vómito. A diferencia de los humanos, que casi siempre experimentan síntomas gastrointestinales (GI) por una alergia a los alimentos, la mayoría de los perros primero desarrollan algún problema en la piel.

Hay ciertas señales de que el problema de tu mascota podría relacionarse con los alimentos, por ejemplo:

  • Muestra lesiones o algún daño en la piel alrededor o debajo del cuello, sobre todo debajo de su collar, y experimenta comezón en toda su cabeza
  • Ha recibido terapia con esteroides para las alergias (que casi no recomiendo), pero el tratamiento no ha curado los síntomas
  • Tiene menos de 6 meses de edad, o en algunos casos sus alergias no aparecieron hasta que tuvo más de 6 años
  • Su raza es propensa a padecer intolerancia a los alimentos, entre ellas: los boxer, cocker spaniel, springer spaniel, collie, dálmata, pastor alemán, lhasa apso, schnauzer miniatura, retriever, shar pei, soft-coated wheaton terrier, west highland white terrier y perro salchicha
  • Tiene síntomas gastrointestinales como vómitos, diarrea o estreñimiento

Además, es importante considerar que la sensibilidad en el estómago en perros también podría deberse a una enfermedad inflamatoria intestinal (IBD) o intestino permeable (disbiosis), y no siempre a una intolerancia a algún alimento o ingrediente específico. Si este es el caso de tu perro, hasta que se identifique y cure la enfermedad subyacente, es poco probable que el tratamiento para la sensibilidad a los alimentos resuelva el problema.

Factores que causan sensibilidad a los alimentos

Cuando tu perro tiene una intolerancia a los alimentos, su sistema inmunológico detecta que algo en su alimentación representa una amenaza. Para combatir la "amenaza", el sistema inmunológico lanza un contraataque, como lo haría contra un peligro real, por ejemplo, un agente infeccioso.

Ciertas sustancias en la alimentación son más propensas a provocar este tipo de respuesta por parte del sistema inmunológico; por desgracia, la proteína, que es el nutriente que más necesita tu carnívoro facultativo, siempre suele ser la causa del problema.

Aunque no se ha publicado ninguna investigación sobre por qué los carnívoros desarrollan sensibilidades a su alimentación evolutiva natural, sospechamos que los contaminantes extraños podrían ser parte del problema. Aunque, las hormonas de crecimiento, los antibióticos y los residuos químicos podrían ser la verdadera causa y no la proteína en sí.

La calidad de la proteína que contienen la gran mayoría de los alimentos para mascotas en todo el mundo es de "grado alimentario" o no está aprobada para el consumo humano por muchas razones, que incluyen niveles peligrosos de metales pesados, micotoxinas y residuos de pesticidas y medicamentos, por mencionar algunas. Otro factor es la adulteración química que se produce debido a las altas temperaturas y crea productos de reacción de Maillard que incrementan el riesgo de reacciones alérgicas y problemas gastrointestinales.

Si tuviéramos varias generaciones de mascotas criadas a base de alimentos orgánicos, frescos y específicos para su especie, podríamos realizar estudios para determinar si también desarrollan sensibilidad a la proteína de la carne. Si esta población de animales no desarrolla intolerancia a las proteínas de su alimentación, se confirmarían nuestras sospechas sobre los contaminantes extraños.

Pero, las sensibilidades siempre serán un problema para casi todas las mascotas susceptibles, ya que el 99.9 % de los alimentos para mascotas se elabora con carnes de animales que se crían de manera convencional en granjas industriales (solo de sobras, piezas y partes transformadas), y que se mezclan con rellenos contaminados con glifosato, que deteriora el microbioma.

Y para empeorar las cosas, un perro comienza a presentar síntomas de disfunción digestiva hasta que el tracto GI está muy deteriorado debido a la inflamación que causa la intolerancia a los alimentos. Además, el metronidazol y otros antibióticos solo agravan los problemas del intestino permeable.

Las mascotas que reciben el mismo alimento todo el tiempo durante un lapso de meses o años no solo podrían desarrollar una sensibilidad a esa fuente de proteína, sino también a los granos y vegetales.

Si el alimento se elabora con materias primas económicas (como la gran mayoría de los alimentos para mascotas de venta comercial) y muy procesadas (casi todas las croquetas se cocinan hasta cuatro veces antes de empaquetarse), lo más probable es que la carne contenga niveles elevados de productos finales de glicación avanzada, que al igual que los antibióticos y hormonas, podrían causar una reacción exagerada en el sistema inmunológico.

Por lo general, estos perros también son sensibles a los ingredientes reactivos de los alimentos, como los granos y otros carbohidratos refinados. Muchos granos son transgénicos y se rocían con glifosatos, lo que podría dañar la barrera intestinal e incrementar el riesgo de permeabilidad intestinal de tu mascota.

Paso 1: realizar el análisis de saliva NutriScan

Mi primera recomendación para los animales mayores de 12 meses que sospecho que tienen sensibilidad a los alimentos siempre es un análisis de saliva NutriScan. Pero, si la primera opción de tu veterinario  son antibióticos o una alimentación ultraprocesada, te sugiero que solicites un análisis NutriScan.

De igual manera, te sugiero buscar un veterinario holístico o integrativo que colabore contigo para identificar la causa del padecimiento y desarrollar un protocolo de sanación personalizado. El análisis NutriScan examina 24 extractos alimenticios purificados que reconocen 56 ingredientes alimentarios:

Carne de res (bisonte, búfalo)

Pollo (grasa de pollo, cuello, saborizantes)

Mijo

Soya (isoflavonas de soya)

Cerdo (grasa de cerdo)

Conejo

Venado (ciervo, alce, premios o masticables)

Cebada (agua de cebada)

Arroz

Batatas

Salmón (aceite de salmón)

Quinoa

Huevos de gallina (huevos de gallina fertilizados)

Trigo (harina de germen de trigo)

Papas

Avena

Cordero (lácteos de cordero, cabra o lácteos de cabra)

Lentejas (chícharos, fibra de chícharo, proteína de chícharo)

Maíz (fécula de maíz, harina de maíz con gluten)

Pavo (cuello o grasa de pavo)

Cacahuetes (aceite de cacahuete)

Leche de vaca (lácteos de vaca)

Pato (grasa de pato)

Pescado blanco (aceites de pescado blanco, arenque, sardinas, atún)

Los resultados del análisis NutriScan suelen identificar los ingredientes específicos en el alimento de tu mascota que causan los síntomas, lo que podría ayudar a personalizar su alimentación con el fin de resolver el problema.

Paso 2: cambiar su alimentación

Cuando un perro presenta una reacción a algo en su alimentación, su cuerpo necesita dejar de comer ese alimento por un tiempo. Después de realizar el análisis NutriScan y determinar qué alimento está detrás del problema, mi recomendación es que cambies su alimentación, ya que esto ayudará que se cure más rápido. Esto significa hacer la transición a un alimento diferente al que no sea sensible y contenga ingredientes con los que su cuerpo no esté familiarizado.

Por desgracia, muchos alimentos para perros que afirman contener "proteínas nuevas", no las contienen. Además, el etiquetado incorrecto es un problema muy común en el mundo del alimento procesado para mascotas, así que si planeas cambiar a este tipo de alimento de venta comercial, debes considerar que es seguro que contiene ingredientes que no debes darle a tu perro.

El enfoque más seguro, al menos durante los primeros meses, son las comidas caseras que permiten que controles casi todo lo que come tu perro. La segunda mejor opción es darle un alimento fresco, apto para consumo humano y de venta comercial que contenga una proteína poco común que provenga de una compañía confiable.

Es muy importante evitar todos los alimentos reactivos durante al menos varios meses. Con frecuencia, los animales experimentan una reacción a las fuentes principales de proteínas y carbohidratos en su alimentación. Además de evitar todos los alimentos reactivos, es importante reducir o eliminar los "ingredientes de relleno" (así como los nutrientes sintéticos) que pueden desempeñar un rol en la sensibilidad de los alimentos y padecimientos inflamatorios.

Además, creo que las mascotas con intolerancia a los alimentos también se benefician de una alimentación muy baja en almidón. Los almidones (que también se conocen como carbohidratos solubles) promueven la inflamación, por lo que pueden empeorar la inflamación gastrointestinal. La Dra. Holly Gantz, experta en el tema del microbioma, también ha observado cambios positivos en el microbioma de las mascotas que reducen su consumo de carbohidratos.

Hasta que se actualicen las normas de etiquetado, los fabricantes de alimentos para mascotas no están obligados a especificar el contenido de carbohidratos en sus etiquetas, por lo que debes calcularlo. Valdría la pena tomarte el tiempo de hacerlo antes de cambiar de alimento (el objetivo es menos del 20 % de contenido de carbohidratos).

Paso 3: volver a su alimentación regular

Una mascota con sensibilidad a los alimentos debe cambiar su alimentación durante un mínimo de 2 o 3 meses, esto permite que el cuerpo elimine las sustancias alergénicas y comience el proceso de desintoxicación.

Durante este período de 3 meses, también se trata la disbiosis (síndrome de intestino permeable, que se produce por una respuesta inflamatoria en el tracto gastrointestinal) con probióticos apropiados para restaurar el microbioma y nutracéuticos para tratar la causa principal del problema. Pero, es importante consultar a un veterinario de medicina funcional que tenga experiencia en disbiosis.

Repito, cada caso de intolerancia a los alimentos es diferente, por eso te recomiendo que consultes a un profesional que entienda las necesidades de tu mascota para que te ayude a crear un protocolo personalizado. Una vez que un paciente ha llevado una alimentación diferente durante 2 a 3 meses, se pueden reintroducir poco a poco otros alimentos, mientras se supervisa muy de cerca su respuesta.

Algunas mascotas muestran una gran mejora con este enfoque y, en esos casos, no recomiendo que les vuelvas a dar los alimentos que causaron el problema o al menos que los eviten por todo un año.

Cuando el animal está estable y se encuentra bien, recomiendo encontrar al menos una y de preferencia otras dos fuentes de proteínas que tolere bien para que cada 3 a 6 meses puedan rotarse y, con suerte, evitar nuevas intolerancias.

Además, considero que cuanto más "limpias" sean las proteínas, menos posibilidades hay de que tu mascota desarrolle sensibilidad con el tiempo.  Las proteínas animales limpias no son tóxicas. Por ejemplo, en el caso de las mascotas sensibles, se recomienda darles proteína proveniente de animales de pastoreo y libres de hormonas (no de animales de granjas industriales).