HISTORIA EN BREVE

  • Factores estresantes, tanto físicos como emocionales, pueden alterar el equilibrio de bacterias en el tracto gastrointestinal de tu mascota; es importante abordar este problema, ya que el equilibrio adecuado es necesario para una digestión óptima y el funcionamiento de su sistema inmunológico
  • Cuando las bacterias intestinales buenas y malas están fuera de control, pueden provocar problemas digestivos y nutricionales, síndrome del intestino permeable y, en última instancia, otros problemas de salud
  • Otra influencia importante en el equilibrio bacteriano intestinal en las mascotas es el uso excesivo de medicamentos veterinarios, incluidos los antibióticos, esteroides, medicamentos contra pulgas y garrapatas y antiinflamatorios no esteroides
  • Asegúrate de que tu mascota tenga su microbioma saludable a través de una dieta nutricionalmente óptima y mínimamente procesada, que incluya vegetales fermentados, vegetales de bajo índice glucémico cargados de prebióticos y, si es necesario, un suplemento probiótico de alta calidad

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Los probióticos son las bacterias beneficiosas que los perros y gatos necesitan para mantener niveles saludables de bacterias amigables en su intestino y para evitar la posibilidad de que las bacterias patógenas tomen control.

El tracto digestivo de tu mascota es el órgano más grande de su cuerpo y alberga una población increíblemente grande de organismos (que incluyen bacterias, protozoos, hongos y virus) que forman el "microbioma" intestinal. Los tractos digestivos de los caninos y felinos están específicamente diseñados para manejar una tremenda carga bacteriana de los alimentos que consumen ya que en la naturaleza, ¡las presas que comen son todo lo contrario a esterilizadas y libres de patógenos!

El tracto gastrointestinal (GI) de tu mascota debe mantener un nivel saludable de bacterias buenas y un espectro diverso de diferentes tipos de organismos intestinales amigables para apoyar el sistema inmunológico.

Si las poblaciones de organismos intestinales sanos disminuyen o no hay suficiente diversidad en el microbiota. La microbiota también se conoce como comunidades de microbiomas que es la colección de micro­organismos que viven dentro y sobre el cuerpo se pueden desarrollar todo tipo de problemas gastrointestinales e inmunológicos, incluido un aumento en la cantidad de bacterias posiblemente patógenas; pueden crear disbiosis, sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés) y síndrome del intestino permeable.

Los estudios muestran que los animales sin una rica diversidad microbiana, colonias adecuadas de bacterias amigables en sus intestinos o que sufren de desequilibrios en el microbioma (un equilibrio deficiente entre bacterias intestinales buenas y malas) tienen un alto riesgo de desarrollar una amplia gama de enfermedades crónicas.

Cómo se descontrolan las bacterias intestinales de tu mascota

Una serie de factores, desde el estrés emocional hasta un estilo de vida poco saludable, puede afectar las bacterias en el tracto gastrointestinal de tu familiar peludo. Los factores estresantes que pueden desequilibrar las bacterias intestinales de tu perro o gato incluyen:

Cambio repentino en la dieta, alimentación continua de una sola dieta, alimentos de mala calidad

Medicamentos veterinarios (antiinflamatorios)

Alimentos para mascotas procesados a alta temperatura (Productos de reacción de Maillard)

Exposición a productos químicos dentro y fuera del hogar

Pica (comer elementos no alimentarios como heces, palos, piedras, etcétera)

Enfermedad gastrointestinal (por ejemplo, enfermedad inflamatoria intestinal)

Beber agua contaminada o tratada con químicos

Viajes o traslados

Comer insecticidas, pesticidas o la aplicación de productos químicos contra pulgas/garrapatas

Estrés emocional (a menudo causado por la ansiedad o un cambio en la rutina o el entorno)

Cuando el estrés físico o emocional altera el equilibrio bacteriano en el intestino, puede desencadenar una cascada de problemas, incluida la mala absorción de nutrientes y la diarrea intermitente o crónica. También abre la puerta al síndrome del intestino permeable (disbiosis), lo que significa que los aminoácidos y alérgenos parcialmente digeridos pueden ingresar al torrente sanguíneo. Esto a su vez puede crear una serie de otros problemas de salud, desde alergias hasta enfermedades autoinmunes.

Los antibióticos pueden provocar obesidad, diabetes y enfermedades hepáticas

La causa más común de desequilibrios bacterianos en mascotas es el uso de medicamentos que alteran el microbioma, incluido el uso continuo de antiinflamatorios (tanto esteroides como no esteroides), la aplicación o el comer de manera rutinaria pesticidas contra pulgas y garrapatas y, por supuesto, el uso excesivo de antibióticos.

Laura Cox, Ph.D., del Centro Médico de la Universidad de Lagone de Nueva York, estudió el impacto de la terapia temprana de antibióticos en la composición corporal. De acuerdo con Cox, muchos investigadores demostraron que el resultado altera la microbiota, lo que proviene del uso de antibióticos y que puede ocasionar obesidad que se genera por procesos que provocan infla­mación o cambio metabólico en la actividad del intestino. Estos procesos no solo pueden provocar diabetes, sino también la enfermedad del hígado graso.

De acuerdo con Cox, la investigación sugiere que los antibióticos interrumpen el desarrollo temprano de la microbiota. Los estudios que involucran animales de producción que recibieron niveles subterapéuticos (dosis bajas) de antibióticos para promover el crecimiento muestran que cuanto antes se administran los antibióticos, más profundo es el efecto.

Estudios similares en ratones también han confirmado un aumento de grasa. Los estudios de Cox han demostrado que la exposición a los antibióticos en la primera infancia cambia la composición del microbiota, dejándolo más vulnerable a la alteración. En los estudios con ratones, estos animales no solo ganaron peso, sino que también acumularon más grasa visceral y hepática.

Estos resultados muestran un vínculo claro entre los antibióticos y cambios en las vías metabólicas; además, un investigación adicional demuestra que una dieta rica en grasas sin restricciones calóricas exacerba el problema y también que los cambios en las vías metabólicas permanecen a lo largo de la vida.

Además de demostrar que los antibióticos en etapas tempranas de la vida provocan alteraciones en la microbiota que ocasionan cambios en la composición corporal, Cox también demostró que los microbios por sí solos pueden desencadenar la acumulación de grasa. De hecho, los ratones libres de gérmenes a los que se les administró microbiota de ratones tratados con antibióticos ganaron más peso y grasa que los ratones que recibieron microbiota de ratones de control.

En mi experiencia, numerosos veterinarios son demasiado rápidos para recetar antibióticos para los problemas de salud que pueden y deberían tratarse exitosamente de otra manera. Por ejemplo, el antibiótico metronidazol (Flagyl) es un fármaco al que recurren muchos veterinarios para tratar las heces sueltas que experimentan todas las mascotas de vez en cuando, a menudo, debido a una indiscreción dietética.

En este escenario, tu mascota no está lidiando con una infección gastrointestinal bacteriana que requiera medicamentos agresivos, sino que comió algo que no debería o le cambiaste la dieta demasiado rápido.

Las investigaciones demuestran que incluso un uso corto de este "medicamento para la diarrea" puede diezmar el microbioma, lo que hace que los futuros problemas gastrointestinales sean mucho más probables y no lo contrario. Aún más frustrante, en los estudios también se encontró que los probióticos y otras opciones de tratamiento sin efectos secundarios pueden ser igualmente efectivos para la diarrea como resultado del estrés o la indiscreción dietética.

En algunos casos, los antibióticos están absolutamente justificados debido a la presencia de una infección grave. Sin embargo, es importante no adivinar qué antibiótico es mejor para tratarlo. Adivinar puede ya sea retrasar el tratamiento efectivo, causar resistencia a los antibióticos y desastres en el microbioma.

Entonces, ¿cómo sabe el veterinario qué antibiótico será la opción correcta para resolver de manera efectiva la infección con la menor cantidad de medicamento en el menor tiempo posible? Con pruebas de cultivo y sensibilidad.

Construir y mantener un microbioma saludable

Si a tu mascota se le han administrado antibióticos o debe continuar tomando medicamentos que comprometen la integridad del intestino, bríndale un plan de reparación intestinal o un plan continuo de apoyo intestinal. Esto es algo que un veterinario integrador y proactivo hará en automático (es posible que evalúe el daño del microbioma y realice trasplantes de microbiomas).

Una de las mejores maneras de asegurarse de que tu mascota tenga un microbioma saludable es restringir la cantidad de carbohidratos refinados en su alimentación a menos del 20 % de las calorías, incluir alimentos fermentados que desarrollan el bioma (como vegetales fermentados, caldos y kéfir), alimentos ricos en prebióticos (mis favoritos para picar y mezclar con la comida para mascotas son los hongos culinarios, los espárragos, los plátanos verdes, la raíz de bardana y la jícama) y, si es necesario, un suplemento probiótico que restablezca y reconstruya el microbioma.

Tu perro o gato debe recibir la mayoría de nutrientes de un plan de alimentación con productos frescos e integrales que contengan mucha diversidad dietética. Cuando entrevistamos al famoso microbiólogo Dr. Tim Spector para el libro The Forever Dog, dijo que no podía pensar en nada más dañino para el microbioma de una mascota que alimentarle con la misma comida altamente procesada día tras día, lo cual hace que lograr una salud óptima sea imposible.

La ciencia es clara en cuanto a que la diversidad de alimentos es fundamental para la salud intestina. También es claro que evitar los agregados químicos no deseados que se forman en los alimentos ultraprocesados para mascotas como resultado de múltiples pasos de procesamiento a altas temperaturas (de esa forma es que se hacen las croquetas y los alimentos enlatados).

Los productos finales de glicación avanzada que se encuentran en grandes cantidades en los alimentos para mascotas interrumpen el microbioma y tienen un impacto negativo en los sistemas de órganos y la salud inmunológica. La investigación también demuestra que los alimentos poco procesados crean un microbioma más diverso en los perros, comparado con los que se alimentan con croquetas.

Cambiar a dietas de alimentos más frescos, rotar ingredientes, marcas o, como mínimo, reemplazar golosinas altamente refinadas con alimentos frescos y agregar alimentos reales son cosas que mejorarán el bienestar gastrointestinal de tu mascota y, a su vez, su función inmunológica general.