HISTORIA EN BREVE

  • Los perros son maestros en crear relaciones con las personas, y los cambios que ocurrieron en los músculos de sus rostros desde hace decenas de miles de años pueden explicar el por qué de esto
  • Los rostros de los perros se componen de un 66 a 95 % de fibras musculares de contracción rápida, mientras que los rostros de los lobos contienen solo un 25 %
  • Las diferencias podrían explicar las formas en que los perros pueden hacer expresiones faciales similares a las humanas que fortalecen los lazos con sus dueños
  • La composición de los músculos faciales de los perros es más similar a la de los humanos que a la de los lobos
  • Los músculos faciales también podrían afectar la forma en que los perros "hablan", ya que usan ladridos más cortos en lugar de los aullidos más largos que utilizan los lobos

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Si no puedes resistirte cuando tu mascota hace "ojos de cachorro", levanta las cejas o inclina su cabeza, no eres el único. Los perros son maestros en crear relaciones con las personas, y los cambios que ocurrieron en los músculos de sus rostros desde hace decenas de miles de años pueden explicar por qué.

La capacidad de producir expresiones faciales muy sutiles es esencial para crear el vínculo humano-canino y, según investigadores de la Universidad de Duquesne en Pittsburgh, Pensilvania, cuando los humanos domesticaron a los perros, se prestó mucha atención a las expresiones faciales que producen los perros.

El equipo de investigación demostró que los perros y los lobos no son los únicos en tener una fisiología de los músculos faciales diferente, sino que la composición de los músculos faciales de los perros es más similar a la de los humanos que a la de los lobos.

Los rostros de los perros tienen más fibras musculares de "contracción rápida"

En 2019, los investigadores descubrieron que existe un músculo en el rostro que es responsable de levantar la ceja interna y que se encuentra en los perros, pero no en todos los lobos. También descubrieron que los perros utilizan el músculo para mover la ceja con más frecuencia y con mayor intensidad que los lobos. La expresión es conocida por muchos humanos como "ojos de cachorro" y es similar a la que hacen los humanos cuando están tristes.

Ese estudio demostró que "en solo 33 000 años, la domesticación transformó la anatomía de los músculos faciales de los perros, en especial la forma de comunicarse con los humanos". El último estudio respalda este hallazgo y revela que los rostros de los perros están compuestos de un 66 a un 95 % de fibras musculares de contracción rápida, mientras que los rostros de los lobos cuentan con solo un 25 %.

Los rostros humanos también se componen de fibras de contracción rápida, que se contraen y se fatigan muy rápido, lo que nos permite hacer muchas expresiones faciales. Las fibras musculares de contracción lenta se contraen más despacio pero también tardan más en fatigarse. Al hablar con la cadena NBC News, la autora del estudio, Anne Burrows, explicó:

"Si levantas algo que pese 10 libras, puedes sostenerlo durante un minuto completo. Pero si tratas de mantener una sonrisa frente al espejo durante un minuto completo, es muy probable que no puedas hacerlo. Los músculos de tu rostro se cansan, porque tu rostro está dominado por fibras de contracción rápida".

Mientras que los lobos promediaron alrededor del 29 % de fibras de contracción lenta en los músculos faciales, los perros tenían solo el 10 %. "Es una diferencia muy notable entre perros y lobos", dijo Burrows. "No hay duda de que no mueven el rostro de la misma manera".

Las diferencias podrían explicar las formas en que los perros pueden hacer expresiones faciales similares a las humanas que fortalecen los lazos con sus dueños. De acuerdo con el estudio, "el rango de fibras de tipo II [de contracción rápida] del perro refleja el rango que se encuentra en los músculos faciales humanos, lo que indica que el proceso de domesticación en los perros también involucró la selección para un movimiento facial rápido, similar al movimiento que se observa en los rostros humanos."

Los perros podrían imitar los rostros de sus dueños

Los perros son capaces de imitar los estados emocionales de otros perros, incluyendo las expresiones faciales. Esto es muy intrigante porque la mímica facial en humanos y primates no humanos es una forma de contagio emocional que se considera una forma básica de empatía.

Debido a que los perros imitan los estados emocionales de otros perros, los investigadores creen que los perros también pueden imitar las expresiones faciales de sus dueños, en especial si ese lazo es muy estrecho. Seeker informó:

"'Es una respuesta automática, similar a la de los humanos cuando ven que alguien llora o sonríe', dijo la [autora principal Elisabetta] Palagi, y agregó que 'es probable que el proceso de domesticación haya mejorado el contagio emocional aún más'".

La evidencia demuestra que los perros tienen muchas formas complejas de comunicarse y comprender no solo a otros perros sino también a los humanos. Los investigadores señalaron que los perros siguen la mirada, cabeza y la orientación del cuerpo de los demás, y combinan posturas corporales, incluyendo los movimientos de la cabeza y la cola, para comunicar sus estados emocionales.

También usan sus ojos, labios y dientes para comunicarse y "expresan sus estados emocionales positivos a través de señales específicas que se realizan tanto a través de la cara (boca abierta relajada), como del cuerpo (jugar con la reverencia)".

Los perros evolucionaron para ladrar y tener rostros parecidos a los de los humanos

El estudio presentado sugiere que la evolución de los músculos faciales en los perros les ha permitido mover sus rostros de formas más lindas y humanas, lo que fortalece la relación entre humanos y perros, mientras que los lobos han conservado rostros más salvajes. Los músculos faciales también podrían afectar la forma en que los perros "hablan", ya que usan ladridos más cortos en lugar de los aullidos más largos que utilizan los lobos. Burrows dijo para Gizmodo:

"El aullido requiere una contracción muscular sostenida de los músculos alrededor de la boca que la convierten en una forma de embudo que puede durar mientras un lobo ladra. Ladrar es una actividad breve y entrecortada que requiere poca contracción muscular sostenida.
Entonces, en algún momento del proceso de domesticación de perros, seleccionamos rostros que fueran rápidos en los perros, rostros que pudieran hacer expresiones faciales muy rápido para comunicarse con nosotros, pero también seleccionamos un rostro muy rápido, uno que pudiera producir este nuevo sonido: el ladrido".

El equipo planea a futuro estudiar los cambios en los músculos del oído entre perros y lobos, lo que contribuye aún más a la forma en que los perros han evolucionado para comunicarse con los humanos.