HISTORIA EN BREVE

  • Un estudio que se publicó hace poco brinda más evidencias de que los perros pueden experimentar un dolor significativo después de la muerte de otro miembro canino de la familia
  • En el estudio, participaron 384 mujeres y 42 hombres que acababan de perder a uno de dos perros y solo el 13 % de ellos informó que no había notado cambios en el comportamiento o los hábitos del perro que seguía con vida
  • Los investigadores también descubrieron que la aflicción que experimente el dueño debido a la pérdida incide en la probabilidad de que haya cambios en el comportamiento del otro perro
  • Es importante prestar atención a los cambios de comportamiento que pudieran tener los perros que han perdido a un amigo canino; los más comunes tienen que ver con el afecto y el territorio
  • Si deseas consolar a una mascota que está atravesando un periodo de duelo, asegúrate de mantener una rutina diaria constante, distraerla con actividades divertidas y ejercicio, así como darle remedios naturales para superar el duelo, en caso necesario

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Un nuevo estudio realizado en Italia brinda más pruebas de que los miembros caninos de la familia pueden sentir un profundo dolor cuando fallece otra de las mascotas que vivía en el mismo hogar.

Los resultados del estudio demuestran que el 86 % de las 426 personas participantes que tenían dos perros y perdieron uno, notaron que el canino que seguía con vida sufrió cambios negativos de comportamiento durante varios meses después del incidente. Entre dichos cambios se destacaron mostrar un menor interés por jugar y comer, así como dormir más, tener una apariencia más temerosa, lloriquear y ladrar con más frecuencia.

Medir el duelo en los animales es algo muy complicado

Todavía se debate si estas conductas son una prueba científica indiscutible de que los perros sufren la pérdida de otros, considerando el tiempo en el que las manifiesten.

"En general, la forma en que los animales no humanos manifiestan el duelo es uno de los desafíos más grandes que enfrenta la ciencia", explica la Dra. Federica Pirrone, coautora del estudio y profesora de etología veterinaria y bienestar animal en el Departamento de Medicina Veterinaria y Ciencia Animal de la Universidad de Milán.

Otras especies sociales, como los delfines, las ballenas, los grandes simios, los elefantes y las aves, llevan a cabo rituales de muerte que pueden considerarse expresiones de dolor. Aun así, de acuerdo con Pirrone, "las emociones, en particular las complejas como el dolor, siguen siendo un lado sospechoso y, por ende, intrigante de la vida de los perros domésticos. Por lo menos, para nosotros, los seres humanos".

Como parte del estudio, el equipo de investigación le aplicó un cuestionario a 384 mujeres y 42 hombres que habían perdido un perro hace no mucho tiempo. En promedio, esos perros habían formado parte de la familia durante 10 años, y poco más de la mitad de las muertes fueron inesperadas.

La mayoría de los perros que seguían con vida (más de 9 de cada 10) habían vivido con el otro perro durante al menos un año, y muchos habían dormido juntos, se habían acicalado el uno al otro y habían compartido tiempo de juego. Más de la mitad (el 54 %) no había tenido ninguna pelea, poco más del 33 % compartía su comida, alrededor del 60 % compartía sus juguetes y el 86 % compartía áreas de descanso.

Solo el 13 % de los dueños afirmaron no haber notado cambios en el comportamiento o los hábitos de su perro después de perder a su amigo canino. Cerca del 66 % de los perros manifestaron más conductas para llamar la atención, el 57 % empezó a jugar con menos frecuencia, el 46 % mostró un nivel más bajo de actividad general y cerca de un tercio empezó a dormir más, comer menos o mostrarse más temeroso. Tres de cada 10 perros también ladraban y lloriqueaban más.

Otro hallazgo del estudio fue que, la aflicción que experimenta el dueño debido a la pérdida, incide en la probabilidad de que haya cambios en el comportamiento del otro perro. De acuerdo con Pirrone, "el nivel de miedo en el perro sobreviviente tuvo una correlación positiva con el nivel de sufrimiento, ira y trauma psicológico de los dueños".

Patricia McConnell, quien se certificó en etología aplicada y es autora de varios best-sellers, analizó los resultados del estudio y llegó a la conclusión de que todos los cambios citados son, con toda seguridad, expresiones de duelo canino.

"Me complace que se haya realizado el estudio porque, siendo sincera, parece imposible que los perros no experimenten dolor debido a una pérdida", McConnell comentó para HealthDay. "Son seres muy sociables y forman parte de los mamíferos más sociables del mundo. Y, como mamíferos, comparten gran parte de la neurobiología y fisiología que conducen nuestras propias emociones".

Un estudio previo arrojó resultados similares

Un estudio de 2016 también brindó evidencia de que muchos perros (y gatos) sufren la pérdida de otro animal de compañía. Los investigadores les realizaron una encuesta a 279 dueños tras la muerte de uno de sus animales de compañía y los que seguían con vida sumaron 311 entre los que se encontraban 159 perros y 152 gatos. Las conductas que percibieron en ellos son las siguientes:

Cambios en el comportamiento

Perros

Gatos

Necesitaban más atención de la habitual

35 %

40 %

Buscaban atención en menor medida

10 %

15 %

Se mostraban más empalagosos o dependientes

26 %

22 %

Buscaban a la mascota que había fallecido en su sitio preferido

30 %

36 %

Dormían por más tiempo

34 %

20 %

Comían menos

35 %

21 %

Comían más despacio

31 %

12 %

Sus vocalizaciones aumentaron

27 %

43 %

El volumen de sus vocalizaciones aumentó

19 %

32 %

Otros cambios que notaron los dueños de mascotas fueron que dichos animales evitaban los lugares en los que solían dormir, mostraban un comportamiento agresivo hacia las personas y otros animales y su comportamiento para hacer sus necesidades eran distintas.

Cuando se recurre a la percepción de las personas para recopilar este tipo de datos se presentan varias limitaciones, en especial los sesgos del dueño y su tendencia al antropomorfismo (atribuir características humanas a las mascotas). Como se indicó en el estudio más reciente que se mencionó anteriormente, también cabe la posibilidad de que la reacción de algunas mascotas se deba más a un cambio en el comportamiento de su dueño que a su propia sensación de pérdida.

Ahora bien, como bióloga y veterinaria de vida silvestre, creo con firmeza que muchas especies experimentan este tipo de dolor. Esta clase de estudios son de gran ayuda para convencer a las personas escépticas, no a la mayoría de los amantes de mascotas.

10 consejos para ayudar a tu mascota a sobrellevar una pérdida

1. Vigílala de cerca. El proceso de duelo es difícil de comprender tanto para las personas como para los animales, por lo que es buena idea prestarle atención para detectar cualquier signo de angustia que pudiera presentar. Saber qué esperar y cómo reaccionar puede ser de gran ayuda en un momento en el que toda la familia está sufriendo por una pérdida.

2. Evita hacer cambios importantes en la rutina diaria. Los perros se desenvuelven mucho mejor cuando saben qué esperar cada día (y esto no es exclusivo para aquellos que están atravesando un duelo por la pérdida de un amigo). Intenta que tenga un horario constante para comer, hacer ejercicio, pasear, jugar, asearse, dormir, entre otras actividades diarias.

3. Evita hacer cambios en su alimentación o el horario de sus comidas. Tal vez no tenga mucho apetito en los días posteriores a la muerte de su compañero; no obstante, debes darle la misma comida a la que estaba acostumbrada, a la misma hora. Guarda los restos de alimento en el refrigerador y dáselos en su próxima comida.

Aprovecha el hambre que siente para ayudarla a recuperar su apetito, pero evita llamar su atención con premios. Puedes darle premios saludables a lo largo del día en sesiones de entrenamiento breves y divertidas u ocultarlos en juguetes interactivos que estén distribuidos en diferentes partes de la casa.

Si su apetito no se estabiliza después de varios días o se niega a comer, agenda una cita con el veterinario para descartar la presencia de algún problema de salud inducido por el estrés.

4. Procura evitar recompensar su depresión sin darte cuenta. Esto es bastante complicado, ya que es natural que desees consolar a tu mascota. Por desgracia, es posible que refuerces un comportamiento indeseable en un perro si le prestas mucha atención cuando lo manifiesta. Por obvias razones, lo último que quieres es premiar la falta de apetito, la ansiedad, la inactividad u otro tipo de reacciones de angustia en tu mascota.

Así que una mejor idea es tratar de distraerla con actividades saludables y divertidas que brinden oportunidades para reforzar el comportamiento positivo, tales como sacarla a dar un paseo, darle un masaje, jugar a la pelota o hacer ejercicio juntos. Este puede ser un buen momento para que pruebe unos cuantos premios de carne liofilizada y un nuevo juego mental o alguna de estas sesiones de juego para estimular su mente en casa.

5. Dale la oportunidad de establecer su propia estructura social con las demás mascotas del hogar, si es que las hay. Cuando hay más de dos mascotas en la familia, las relaciones que forman con cada una de ellas son distintas. Por ello, suele surgir una inestabilidad temporal dentro del grupo cuando alguna fallece.

Es posible que esto ocasione conflictos que molesten a las personas de la familia; no obstante, lo mejor es permitirles reestablecer la dinámica del grupo por su cuenta, a menos que una de tus mascotas represente un peligro para las demás.

Mi recomendación es que consultes a un veterinario o a un etólogo veterinario para que te oriente acerca de cómo puedes resolver las dificultades que se presenten entre tus mascotas en caso de que gruñan, ladren, bufen o se peleen demasiado y que esto no disminuya a medida que se adaptan a su "nueva normalidad".

6. No adoptes otra mascota de inmediato sin reflexionar si es buena idea. No des por hecho que la mejor solución es adquirir una nueva mascota para "reemplazar" a la que acaba de fallecer. Sobrellevar la pérdida y el dolor es un proceso individual que atravesamos cada uno de nosotros, al igual que nuestros animales de compañía; por lo tanto, es posible que no todos los miembros de la familia estén listos para recibir a un nuevo integrante.

7. Evita manifestar tus emociones de forma alarmante en su presencia. Nuestras mascotas perciben nuestras emociones, así que es buena idea que le sugieras a los demás miembros de la familia que procuren el estado mental de su amigo peludo. No hay nada de malo en buscar el consuelo en otra mascota, siempre y cuando esto no le provoque más temor o angustia.

8. Dale tiempo. Es difícil saber cuánto tiempo permanecen los recuerdos en la mente de las mascotas; sin embargo, parece que los perros recuerdan a sus compañeros durante un tiempo considerable, según muestran las pruebas circunstanciales. El proceso de duelo de tu mascota puede durar unos días, semanas o incluso meses pero la mayoría de las mascotas recuperan su estado de ánimo habitual.

Si en algún momento sientes que tu mascota está sufriendo sin motivo o que extrañar a su amigo no es la única razón de su dolor, te recomiendo hablar al respecto con tu veterinario.

9. Considera permitirle presenciar la muerte de su compañero. Algunas personas consideran que es buena idea que la mascota esté presente durante o después de la eutanasia o que se le permita ver y oler el cuerpo de su amigo una vez que ha fallecido.

Es posible que no tenga una reacción evidente ante el cuerpo de su amigo al morir (la mayoría de las mascotas olfatean y se alejan), pero es posible que esto le permita comprender que no hay necesidad de buscar al animal que ha fallecido por la casa. Esto es de gran ayuda para los miembros sobreviviente de la manada, sobre todo si tienen un vínculo muy fuerte.

10. Recurre a remedios naturales para aliviar el dolor, en caso de ser necesario. Existen excelentes remedios homeopáticos y de flores de Bach que puedes administrarle a tu mascota hasta que notes una mejoría en su salud emocional. Algunos de mis favoritos incluyen la ignatia homeopática, Holistic Solutions de Jackson Galaxy, el remedio floral de Bach llamado Honeysuckle y el remedio Green Hope Farm Grief and Loss.

Además, el uso de la zoofarmacognosia aplicada ha sido una de las formas más eficaces para ayudar a los animales a superar su dolor, según mi experiencia.