📝 HISTORIA EN BREVE

  • La inflamación es una afección en los perros en la que el estómago se expande, debido a la presencia de gas, aire o algún líquido; la inflamación podría convertirse en dilatación y vólvulo gástrico (GDV, por sus siglas en inglés) en el que el estómago se tuerce sobre sí mismo
  • Los posibles factores de riesgo de inflamación y GDV incluyen: la raza, la edad, el tamaño, la alimentación, los hábitos alimentarios, la salud digestiva y la actividad física
  • Sin atención veterinaria inmediata, la GDV podría perforar el estómago y provocar una peritonitis, una infección abdominal mortal; el factor más importante para salvar la vida de los perros con GDV es el tiempo que pasa desde que aparecen los síntomas hasta la cirugía
  • Si tu perro tiene un riesgo elevado de GDV existen varias medidas de prevención que puedes implementar, como controlar qué come, qué tan rápido y con qué frecuencia lo hace; así como la cirugía preventiva de gastropexia, que podría ser una buena opción para las razas de alto riesgo con antecedentes familiares de GDV

🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker

La afección conocida como inflamación en los perros también ocurre en los humanos, y se presenta cuando el estómago se expande demasiado debido a gas, aire o algún líquido atrapado. En los humanos, el estómago inflamado, también conocido como distensión abdominal, suele ser el resultado de comer en exceso y no es peligroso, pero en los perros podría ser una situación de vida o muerte.

Si tu perro tiene inflamación, que también se conoce como dilatación gástrica, su estómago se expande por la presencia de gas y aire que se queda atrapado. Esto puede ser doloroso, ya que presiona los vasos sanguíneos del abdomen.

Sin embargo, podría provocar dilatación y vólvulo gástrico (GDV, por sus siglas en inglés), que es cuando el estómago inflamado se tuerce sobre sí mismo, lo que impide el flujo de sangre al estómago y al bazo, y podría causar daños graves a otros órganos internos.

"Imagina cuando un payaso tuerce un globo para hacer la figura de un animal", escribió la veterinaria Shea Cook. "El estómago inflamado presiona los principales vasos sanguíneos que llevan la sangre de regreso al corazón, lo que afecta la circulación normal y podría provocar que el perro entre en estado de shock.
Y lo que es peor, el tejido del estómago se estira tanto que la sangre no puede circular a través de él. Esta enfermedad provoca un dolor tan fuerte, que hace que el corazón se acelere a una frecuencia muy elevada, lo que causa insuficiencia cardíaca".

La dilatación y vólvulo gástrico en perros podría ser mortal. Si no se actúa de inmediato, podría causar la muerte en cuestión de horas.

Síntomas de inflamación y GDV

Muchos de los primeros síntomas de la dilatación y vólvulo gástrico (GDV, por sus siglas en inglés) pueden pasar desapercibidos. Tu perro se ve ansioso; se pone de pie y se estira, mordisquea o cubre su abdomen. Podría jadear y babear. Si es una inflamación simple, eructar podría ayudar a aliviar la presión en su estómago.

Pero, si la inflamación provoca un vólvulo, no podrá expulsar el gas ni el aire porque la entrada y la salida del estómago se encuentran bloqueadas. Los síntomas que indican que la inflamación de tu perro ha progresado a GDV incluyen:

  • Distensión abdominal evidente, el estómago está lleno de aire
  • No puede eructar ni vomitar
  • Dolor abdominal que le impide moverse
  • Sensación de ansiedad

Los perros con GDV se ven enfermos, tienen encías pálidas y respiran de forma irregular.

Factores de riesgo

La GDV es más común en perros de edad avanzada y de razas grandes y gigantes con tórax profundo. En parte, puede ser un rasgo hereditario, ya que muchos perros con GDV tienen antecedentes familiares de este trastorno; sin embargo, si bien la genética podría influir, a cualquier perro se le puede inflamar el estómago. Las razas con mayor riesgo incluyen a las siguientes:

Gran danés

Basset hound

San bernardo

Doberman

Weimaraner

Bobtail (Antiguo pastor ingles)

Setters irlandés

Braco alemán de pelo corto

Setter escocés

Terranova

Caniche grande

Pastor alemán

En 2017, un equipo de investigadores del Reino Unido y Australia realizaron un estudio epidemiológico en el que analizaron los registros de más de 77 000 perros que llegaron a las clínicas veterinarias de emergencia en el Reino Unido durante un período de 18 meses. De todos esos perros, 492 tenían GDV.

El estudio demostró que los perros de razas mixtas eran menos propensos a desarrollar inflamación que los perros de raza pura, y las razas con mayor riesgo fueron el gran danés, el akita, el dogo de Burdeos, el setter irlandés y el weimaraner. A diferencia de los perros de raza mixta, los perros de raza pura tenían una probabilidad 5 veces mayor de desarrollar GDV.

Además, mientras más peso corporal mayor era el riesgo de GDV ya que, a diferencia de los perros que pesaban menos de 10 kilos (22 libras), los perros que pesaban más de 40 kilos (88 libras) tenían una probabilidad casi 150 veces mayor de desarrollar inflamación. Las probabilidades también aumentan con con la edad. Otros estudios señalan que los platos de comida elevados y comer rápido también aumentan el riesgo. Al comer muy rápido, los perros tragan aire, lo que podría aumentar el riesgo de GDV.

Otros hábitos alimentarios que podrían influir incluyen comer mucho, comer una sola comida al día y hacer ejercicio o tomar mucha agua justo después de comer. Las situaciones estresantes después de comer, así como un temperamento temeroso o agresivo, también influyen en el riesgo de desarrollar este trastorno.

Los perros que solo comen croquetas tienen mayor riesgo de GDV, al igual que los perros que se comen cualquier cosa. En mis 25 años de práctica veterinaria, nunca he visto que un perro que lleve una alimentación nutritiva a base de alimentos crudos sufra inflamación, lo que sugiere que la nutrición también podría influir, además de la genética y otros factores ambientales.

Otros factores de riesgo podrían ser una mayor concentración de gastrina (una hormona que controla la liberación de ácido en el estómago); menor motilidad estomacal, retraso del vaciamiento gástrico (la comida permanece en el estómago más de lo normal) y extirpación del bazo.

En mi experiencia, no producir suficiente ácido clorhídrico es un problema importante en las mascotas que consumen alimentos ultraprocesados a base de carbohidratos, ya que provocan reflujo gastroesofágico (GERD, por sus siglas en inglés) y otros síntomas gastrointestinales. Al no producir suficiente ácido estomacal, la comida permanece demasiado tiempo en el estómago, lo que incrementa el riesgo de gases e inflamación.

Por qué la GDV podría ser mortal

La GDV puede convertirse muy rápido en un problema sistémico grave porque la inflamación del estómago ejerce presión sobre los vasos sanguíneos, lo que dificulta que la sangre fluya de manera correcta. La presión que se ejerce sobre el diafragma dificulta la respiración y, cuando el estómago se tuerce, se obstruye casi por completo la circulación de sangre.

Toxinas son liberadas en el torrente sanguíneo, lo que obstruye el flujo sanguíneo de regreso al corazón. Una vez que se desarrolla el vólvulo, puede tomar de 20 minutos a una hora para que tu perro entre en estado de shock.

Debido a que es difícil saber si tu mascota tiene inflamación simple o con vólvulo, lo mejor es llevarlo al veterinario de inmediato.

Si es posible, en el camino al veterinario dale belladona homeopática, Nux Vomica o Carbo Veg (según sus síntomas), esto ayudará a disminuir el avance del problema.

Sin atención veterinaria inmediata, este trastorno podría perforar el estómago y provocar una peritonitis, una infección abdominal mortal. Por lo tanto, el factor más importante para salvar la vida de los perros con GDV es el tiempo que pasa desde que aparecen los síntomas hasta la cirugía. Te repito, si sospechas que tu perro tiene inflamación o GDV llévalo de inmediato al veterinario.

Diagnóstico y tratamiento de la GDV

La GDV se diagnostica con rayos X. Primero, estabilizarán a tu perro con líquidos por vía intravenosa (IV) y oxígeno, y luego, intentarán sacar el gas y el líquido que se encuentran acumulados en el estómago. Una vez que tu perro se estabilice, lo tendrán que operar para acomodar el estómago y fijarlo a la pared abdominal, esta cirugía se llama gastropexia.

La gastropexia debe realizarse lo antes posible, porque los perros que no reciben la cirugía, tienen un índice de recurrencia del 100%. El índice de recurrencia después de la gastropexia es de menos del 5 %, y, aunque el estómago podría inflamarse, es poco probable que se vuelva a torcer.

De acuerdo a un estudio del Reino Unido, de los perros con GDV que llegaron vivos a la clínica, casi la mitad de sus dueños eligieron la cirugía para corregir el problema. De los perros que recibieron cirugía, el 79 % sobrevivió.

Durante la cirugía, se examina el estómago en busca de las áreas que se dañaron por la falta de circulación sanguínea, y posteriormente extirparlas. A veces, el bazo también se tuerce y debe volver a acomodarse. En ocasiones, si el bazo está muy dañado, es posible que se tenga que extirpar por completo.

Por lo general, se administran agentes antimicrobianos para combatir las bacterias que se filtran al torrente sanguíneo desde las partes dañadas del intestino. También puede haber alteraciones de pH y de electrolitos que deben corregirse. En caso de existir irregularidades en la frecuencia cardíaca, deben controlarse, y también se necesita monitorear los riñones.

Después de la cirugía, tu perro no podrá hacer ejercicio durante dos semanas, debe llevar una dieta blanda en porciones pequeñas y tomar poca agua varias veces al día. La acupuntura podría ayudar a controlar el dolor y a que el estómago y el intestino recuperen sus movimientos normales. La terapia con láser también podría beneficiar la curación y reducir el dolor de la incisión.

También te recomiendo un suplemento probiótico de alta calidad para reestablecer el tracto digestivo con bacterias beneficiosas, así como suplementos nutricionales y hierbas apropiadas para fortalecer otros órganos como los riñones. Cambiar a una alimentación de grado humano baja en carbohidratos y mínimamente procesada.

Cómo podrías ayudar a prevenir la GDV

Si tu perro tiene un alto riesgo de GDV:

Dale una alimentación fresca y nutritiva a base de carne, sin granos ni otros carbohidratos refinados o fermentables con alto índice glucémico (elimina el maíz, trigo, arroz y otras harinas y comidas ricas en almidón).

Dale porciones pequeñas durante el día en lugar de una sola comida, sobre todo si a tu perro le encanta devorar todo lo que le pones en frente (darle dos comidas con 6-8 horas de diferencia brinda beneficios del ayuno intermitente).

Reduce reduce la cantidad de aire que traga su perro al guiarlo a comer más despacio. Puedes usar un tazón especial como el Brake-Fast, o distribuir la comida sobre una bandeja para hornear, un molde para pastelitos o un tapete para comer.

Asegúrate que su comida esté "limpia" (sin conservadores, colorantes, ingredientes transgénicos o ácido cítrico), y dale algún suplemento de enzimas digestivas para mejorar su digestión y asimilación de los alimentos.

No dejes que tu perro haga mucho ejercicio ni que tomé grandes cantidades de agua por lo menos durante una hora después de comer. Jamás le limites el agua antes de comer.

No dejes que tu perro muerda huesos, juguetes masticables o cualquier cosa que sea difícil de digerir o que provoque que trague aire en exceso.

Disminuye el estrés de tu mascota. Asegúrate que haga ejercicio (solo recuerda que no debe hacerlo justo después de comer). La mayoría de los perros de razas grandes necesitan mucha actividad física para mantener su tono muscular, su movilidad, disminuir los niveles de cortisol (hormona del estrés) y distraerse.

También disminuye la cantidad de productos químicos a los que tu mascota está expuesta por vía oral, tópica y en el medioambiente.

Algunos veterinarios recomiendan realizar una gastropexia como medida de prevención en perros de alto riesgo que no han sufrido alguna inflamación. Por lo general, este procedimiento se realiza al mismo tiempo que la esterilización, pero también puede realizarse con una laparoscopia. Es muy importante encontrar un cirujano capacitado.

Mi primera recomendación es tratar de prevenir la GDV con una alimentación fresca y baja en carbohidratos (apropiada para su especie) y haciendo cambios en el estilo de vida para reducir los riesgos. Pero, si tu perro es de una raza propensa a este trastorno o tiene antecedentes familiares de GDV (padre, hermano, descendencia), la gastropexia podría ser la mejor opción.