HISTORIA EN BREVE

  • Sin importar el clima, tu perro (y todos los perros) necesitan ejercicio diario y la estimulación mental de salir a pasear
  • Los paseos son fundamentales para el bienestar físico y mental de los compañeros caninos; tener una mascota bien entrenada y la actitud adecuada, pueden otorgar muchos beneficios.
  • Lo más importante que puedes hacer para disfrutar de caminatas placenteras es enseñarle a tu perro a ser el compañero indicado
  • Los perros que son divertidos para caminar aprendieron que las correas sueltas son buenas, las tensas no y que jalar de la correa no logra nada
  • Una vez que tu perro se acomode a la correa, tratará de idear diferentes tipos de paseos que serán divertidos para ambos

Por la Dra. Karen Shaw Becker

La verdad es que la mayoría de los perros no hacen la cantidad de ejercicio que necesitan, y esa es la razón por la que más de la mitad de ellos tiene obesidad. Y si bien el clima tal vez no sea tan agradable, no es suficiente sacarlo a hacer ejercicio solo en los días cálidos y soleados. Tener un perro es un compromiso para mantener en cualquier momento, sea que llueva o truene (o neve).

Los perros necesitan paseos, no solo para hacer sus necesidades, sino también para hacer ejercicio y recibir estimulación mental. Necesitan oportunidades para salir, tener contacto con la Tierra, interactuar con su entorno, mover su cuerpo y socializar con otros humanos y perros.

Cómo crear el hábito de las caminatas

Si eres uno de los muchos de los dueños de perros que no les gusta sacar a su mascota a pasear porque te lleva jalando o no tiene modales, la siguiente información, sin duda alguna, te ayudará.

Está por demás decir que el mejor momento de desarrollar un hábito positivo es cuando tu perro es un cachorro. De hecho, tan pronto como su sistema inmunológico esté tan fuerte como para protegerlo de enfermedades transmisibles (pregúntale al veterinario cuándo es seguro sacarlo a pasear), estará listo para caminar contigo u otros miembros de la familia.

Debes tener un buen collar que no le moleste, etiqueta de identificación y debe estar acostumbrado a la correa antes de que lo saques a caminar.

Algunos cachorros no tienen problemas para usar su collar, mientras que otros sí. Si a tu perro le molesta su collar, ayúdale a acostumbrarse, pero también asegúrate que no le moleste o esé demasiado apretado (deberías poder deslizar los dedos debajo de él) o incómodo por alguna otra razón. No debería tomar más de un par de días para que se adapte al collar.

Si planeas usar un bozal o un arnés (que recomiendo para cualquier perro en riesgo de lesionarse a causa de un jalón con una combinación de collar/correa), el siguiente paso es lograr que tu cachorro se sienta cómodo al usarlo. Al igual que con el collar, esto debe ocurrir antes de intentar colocarle una correa y salir de casa.

Una vez que usar su collar o un arnés sea cómodo, estará listo para el siguiente paso. Colócale una correa al collar o arnés y deja que el cachorro la arrastre por la casa bajo tu cuidado. Se acostumbrará a la presencia de la correa, así como a jalarla cuando la pise.

Una vez que se haya acostumbrado, cambia la correa por una más larga.

Paso 1: Entrenar a tu perro para que no jale la correa

Los primeros paseos deben ser cortos para la mayoría de los cachorros, ya que el objetivo es acostumbrarlos a tener una correa. Encuentra un entorno seguro y permite que tu cachorro arrastre la correa detrás, luego toma la correa. Bríndale la oportunidad de dirigir el camino durante unos segundos mientras arrastra la correa. Reduce la velocidad para que el también la baje y de esta manera se pueda detener. Tómate un breve descanso para darle elogios y un poco tiempo para jugar.

Luego, permítele dirigir el camino de nuevo, pero cuando levantes la correa, llámalo y quédate quieto. Si jala la correa, mantén tu posición sin jalarlo. El objetivo es enseñarle a mantener la correa floja al dirigirse hacia ti. Cuando reduzcas la tensión de la correa, llámalo y felicítalo.

Si regresa hacia ti, felicítalo aún más y dale un premio. Si se detiene antes de llegar a ti, tensa la correa lo suficiente como para aplicar un poco de fuerza. Llámalo de inmediato para que regrese de nuevo. Felicítalo a medida que se acerque cada vez más y proporciónale un premio si regresa a ti. Muchos de los perros solo necesitan dos o tres repeticiones para entender que cuando no jalan la correa recibirán premios y felicitaciones.

Cuando tu cachorro haya aprendido a acercarse a ti para aliviar la tensión en la correa, puedes comenzar a retroceder cuando se acerque para mantenerlo en movimiento. Gira y camina hacia adelante para que te siga. Si camina de largo, dirígete en otra dirección para que se coloque nuevamente detrás de ti.

El objetivo es enseñarle a seguirte sin jalar la correa. Una vez que hayas logrado el objetivo, puedes cambiar la correa.

Dependiendo de su temperamento, al principio es suficiente hacerlo de 5 a 15 minutos. Trata de controlarlo durante intervalos de 30 segundos durante cada sesión. Ten paciencia y no te involucres en una lucha de poder con tu cachorro. No jales ni utilices la correa para corregirlo o castigarlo. Detente antes de que alguno se sienta frustrado o cansado.

Después de cada sesión corta, elógialo y juega con él algo que le guste. Recuerda que estás creando las bases para una actividad que ambos disfrutarán durante toda la vida.

Paso 2: Enséñale a no jalar la correa

Si no parece entender que no debe jalar la correa, no te desesperes. Algunos cachorros luchan obstinadamente contra la presión de la correa en lugar de calmarse.

Si tu cachorro la jala constantemente, es importante usar un arnés en lugar de un collar, porque puede desarrollar serios problemas de cuello y disco cervical.

Es importante que no seas parte del problema. Nuestro instinto es tensar la correa, por lo que también debes de tratar de mantener la correa floja. La respuesta de un perro a una correa tensa es jalarla.  Una vez que estés seguro de que no contribuyes a este problema, te recomiendo lo siguiente:

  • Mantén la tensión en la correa y dale la espalda. Deja que se dé cuenta de que no puede ganarte al jalar en tu contra.
  • Quédate quieto y de espaldas manteniendo la tensión de la correa; no muevas ni jales la cuerda, ya que esto hará que se jale, que es lo contrario a lo que tratas de enseñarle.

El mensaje que deseas enviarle es que jalar la correa no logrará nada. No cambia el escenario, no te hace moverte en la dirección que elige, ni tampoco le darás elogios o golosinas. Con el tiempo, dejará de hacer lo que no funciona, en especial cuando es recompensado por su comportamiento deseable.

Desde el primer momento en que comiences a entrenarlo con la correa, es importante que tu cachorro no logre nada cuando la jale. A algunos perros les toma más tiempo que a otros aprender a mantener la correa sin tensar, pero con paciencia y persistencia, cualquier cachorro puede aprender a caminar con una correa floja.

Cómo aprovechar al máximo cada paseo

Una vez que tu perro haya aprendido buenos modales con la correa y ambos estén listos para salir a pasear, considera cambiar la rutina para hacerlo divertido. Estos son diferentes tipos de paseos:

1. Paseos significativos. Por lo general, se trata de caminatas cortas con un objetivo en específico; por ejemplo, sacarlo a hacer sus necesidades.

2. Paseos de alta intensidad. Los paseos de alta intensidad le ayudán a mantener su fortaleza, controlar su peso y aliviar la artritis, así como otros trastornos que desgastan las articulaciones. Estas caminatas también pueden ser una excelente estrategia para garantizar que haga la cantidad de ejercicio que necesita, siempre y cuando seas constante.

Recuerda: un perro sano necesita hacer ejercicio al menos tres días a la semana (cada tercer día es bueno, pero lo ideal sería hacerlo todos los días) a una intensidad que eleve su frecuencia cardíaca durante 20 minutos, con el fin de mantener una buena salud cardiovascular y tono muscular. Si tu perro no tiene buena condición física, tendrás que comenzar poco a poco, hasta que haga 20 minutos de caminata intensa.

3. Paseos estimulantes. La mayoría de los perros con correa no pasan tanto tiempo olfateando e investigando como les gustaría, por lo que darle un poco de tiempo para explorar es una buena estimulación mental. Estos paseos le permiten detenerse, oler, investigar, recoger y enviar señales por medio de la orina. Los perros acumulan conocimientos sobre el mundo a través de sus narices.

4. Sniffaris. Estos son paseos en los que tu perro lleva la delantera, tú lo sigues y él puede oler lo que le plazca. Piensa que este tipo de caminata es muy estimulante, ya que tu perro decide dónde explorar y qué investigar.

5. Caminatas de entrenamiento. Estos paseos pueden ayudarte a mejorar los modales con la correa, aprender conceptos básicos o avanzados, órdenes de obediencia, interacciones sociales o cualquier otra cosa que puedan hacer durante la caminata. Asegúrate de llevar algunos premios saludables cuando realices este tipo de paseo.

El entrenamiento continuo a lo largo de la vida de tu perro es una excelente manera de mantener el aprendizaje y el aburrimiento bajo control. También es una forma maravillosa de fortalecer la relación con tu mascota.

6. Paseos a distintos lugares. En lugar de salir a la misma dirección, súbelo a tu coche y llévalo a dar una vuelta, ve a un parque del vecindario o a una ruta cercana para caminar. De esta manera, ambos estarán en un entorno fuera de lo habitual que les permitirá descubrir nuevas imágenes, olores y experiencias.

7. Paseos con amigos. Si tu perro se siente cómodo con otros perros, considera reunirte con vecinos o amigos que tengan perros para pasear en grupo. Cualquiera que tenga dos piernas o cuatro patas puede acompañarte a socializar y ejercitarse al mismo tiempo, además de que puedes intercambiar información valiosa con los otros dueños.

8. Paseos con diferentes personas. Todo el mundo pasea a un perro de manera un poco diferente, pero mientras más miembros de tu hogar lo paseen, más experiencias distintas podrá disfrutar. Y como las caminatas son experiencias agradables cuando se hacen de la manera correcta, todos los miembros de la familia pueden pasar tiempo de calidad con el perro.

Si trabajas todo el día, considera contratar a un paseador profesional un par de veces a la semana, o bien pedirle a un amigo o vecino que lo saque a pasear.

Una de las cosas más importantes que puedes obsequiarle a tu perro, incluso en los paseos, es toda tu atención. Deja el teléfono y otras distracciones y hazle saber lo mucho que significa para ti.


Fuentes y referencias