HISTORIA EN BREVE

  • Un nuevo estudio revela que los cambios genéticos que redujeron los niveles de estrés de los perros antiguos podrían haber desempeñado un papel en la domesticación
  • Los resultados del estudio demuestran que las razas de perros que siguen estando muy relacionadas con los lobos (como los huskies siberianos y akitas) no buscan ayuda en los humanos con tanta frecuencia como las razas más distantes
  • Los investigadores concluyeron que las razas de perros más recientes tienen un mayor nivel de apego social a los humanos
  • Un estudio anterior proporciona evidencia de que los cachorros de lobo criados por humanos desde el nacimiento no nos “entienden” como lo hacen los perros domesticados
  • A diferencia de los perros, los cachorros de lobo no buscan ayuda de las personas para resolver problemas

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Los ancestros lobo de nuestros compañeros caninos de hoy comenzaron su viaje evolutivo hacia la domesticación hace más de 10 000 años. Y aunque se han realizado varios intentos, los científicos aún tienen que resolver el misterio de cómo y por qué se llevó a cabo dicho proceso.

Sin dejarse intimidar por su búsqueda de 100 años y más, los investigadores siguen decididos a armar el rompecabezas. Otra pieza clave podría haber encajado en su lugar con los resultados de un nuevo estudio titulado: "Identification of genes associated with human-canine communication in canine evolution", publicado en Scientific Reports.

El estudio revela que los cambios genéticos que redujeron los niveles de estrés de los perros antiguos podrían haber desempeñado un papel en la domesticación.

"Esta es la primera demostración genética que respalda la hipótesis de que las mutaciones en el sistema de respuesta al estrés iniciaron la domesticación canina", dijo Miho Nagasawa, quien fue el autor principal del estudio y es científico animal de la Universidad Azabu de Japón, para Scientific American.

Algunas razas confían más en los humanos que otras

El equipo de investigación reclutó a 624 perros y sus humanos para participar en su estudio. Dividieron a los perros en dos grupos: un grupo formado por razas muy relacionadas con los lobos (como los huskies siberianos y akitas), y el otro grupo con razas menos relacionadas con sus primos salvajes.

El experimento involucró dos tareas conductuales. La primera tarea requería que los perros observaran las señales de los investigadores, como la dirección de su mirada o un gesto de señalar, para determinar cuál de los dos tazones tenía una golosina escondida debajo. El propósito era determinar qué tan bien entendían los perros las señales de comunicación humana, y se basó en los resultados de estudios anteriores que demuestran que los cachorros muy jóvenes entienden las señales humanas mejor que los lobos adultos criados por personas.

En el estudio actual, los investigadores no encontraron diferencias en el rendimiento entre los dos grupos de perros.

En la segunda tarea, a los perros se les encomendó un desafío que no pudieron superar: meterse en un recipiente que no se podía abrir y que contenía una golosina deliciosa. Los investigadores midieron cuánto tiempo los perros pasaron en busca de ayuda, que es otro comportamiento en el que los perros son mejores que los lobos.

De manera curiosa, durante esta tarea surgió una diferencia entre los dos grupos. El grupo con akitas y huskies siberianos (las razas con más similitudes a los lobos) buscaron menos ayuda en los humanos. Los investigadores concluyeron que las razas de perros más recientes tienen un mayor nivel de apego social a los humanos.

Las razas de perros más recientes podrían haber desarrollado niveles de estrés más bajos

Gracias a las tareas de comportamiento completadas, los investigadores analizaron cuatro genes en los perros para buscar diferencias que pudieran influir en su relación con los humanos. Se incluyeron genes implicados en la producción de oxitocina (la "hormona del amor") y cortisol (la hormona del estrés).

Lo que encontraron fueron mutaciones en un gen productor de cortisol que diferían entre los dos grupos de perros, lo que sugiere que las razas más recientes tenían niveles más bajos de cortisol. Estos hallazgos concuerdan con un estudio anterior que demostró que, los zorros criados de manera selectiva para ser menos temerosos y agresivos con los humanos, también tenían niveles más bajos de cortisol.

Dado que parece existir una correlación entre las mutaciones en el gen productor de cortisol en los perros más recientes y las habilidades cognitivas sociales subdesarrolladas de los perros lobo, los autores creen que los niveles más bajos de estrés tal vez desempeñaron un papel en la domesticación del perro. Después de todo, desconfiar menos de los humanos sería un primer paso lógico en el desarrollo de las habilidades sociocognitivas necesarias para interactuar y comunicarse con ellos.

"Aunque aún no está claro si el cortisol, un marcador de estrés, en realidad es más bajo en los perros que en los lobos", dice Nagasawa, "el hecho de que se observaran dos mutaciones genéticas, una de las cuales está acompañada de cambios en la producción de cortisol intracelular, podría proporcionar pistas sobre cómo se adquirió la tolerancia y la capacidad canina de adaptarse a la sociedad humana".

Los investigadores ahora están involucrados en una investigación de seguimiento para verificar si los niveles de cortisol en realidad difieren entre los dos grupos.

Los perros han evolucionado para poseer la 'teoría de la mente'

Un estudio de la Universidad de Duke de 2021 demostró que puedes criar a un cachorro de lobo, acurrucarte con él, abrazarlo con frecuencia y tratarlo tal como lo harías con un cachorro domesticado, pero el pequeño lobito nunca podrá "entenderte" como lo hace tu perro.

Cuando digas “ve por la pelota” y la señales con la mano, tu perro correrá hacia ella. Y el lobito, probablemente no. Aunque la capacidad de comprender los gestos humanos parezca una obviedad, en realidad es una habilidad cognitiva compleja que no es muy común entre los animales. Por ejemplo, los chimpancés no pueden hacerlo a pesar de ser nuestros parientes más cercanos.

Después de miles de años de domesticación, parece que los perros han desarrollado algunas de las habilidades cognitivas con las que cuentan los bebés humanos. Evolucionaron y adquirieron la habilidad mental que se conoce como la “teoría de la mente”, la cual les permite inferir lo que los humanos piensan y sienten en algunas situaciones.

Los cachorros de perro obtienen una gran victoria en la prueba "encuentra el premio"

El estudio de Duke involucró a 44 perros y 37 cachorros de lobo de entre 5 y 18 semanas de edad. Los cachorros de lobo se alojaron en el Centro de Ciencias de la Vida Silvestre en Minnesota y se les sometió a pruebas genéticas para garantizar que no fueran lobos híbridos. Durante su crianza, tuvieron una interacción importante con las personas, ya que sus cuidadores los alimentaron, durmieron con ellos por la noche y les brindaron atención las 24 horas del día desde que tenían unos cuantos días de nacidos.

Por el contrario, los cachorros de perro, que provenían de Canine Companions for Independence, vivían junto a su madre y sus compañeros de camada, por lo que tuvieron menos contacto con personas.

En una prueba, se ocultó un premio en uno de dos tazones y un investigador le dio una pista a cada cachorro para que pudiera encontrarlo. Las pistas consistían en señalar y mirar hacia la dirección en la que se encontraba el premio, al igual que colocar un pequeño bloque de madera al lado del tazón correcto, un gesto que los cachorros no habían visto antes. De acuerdo con un comunicado de prensa de Duke Today:

“Los resultados fueron impresionantes. Aunque no se habían sometido a un entrenamiento específico, los cachorros de perro de tan solo ocho semanas de edad entendieron a dónde debían ir y tuvieron una mayor probabilidad de hacerlo bien que los cachorros de lobo, los cuales tenían la misma edad y habían pasado mucho más tiempo en compañía de personas.
17 de los 31 cachorros de perro se dirigieron hacia el tazón correcto. En contraste, ninguno de los 26 cachorros de lobo criados por humanos pudo hacer más que acertar de manera aleatoria. Los ensayos de control demostraron que no se trataba de que los cachorros olieran la comida y nada más.
Lo que resulta aún más impresionante es que muchos de los cachorros acertaron en su primer intento. Sin duda, el entrenamiento no es necesario en absoluto, simplemente lo entienden".

Los cachorros de lobo no cuentan con habilidades para interpretar a las personas y les tienen miedo a los extraños

Es fundamental señalar que el propósito del estudio no era identificar qué especie es "más inteligente" y, de hecho, todos los cachorros tuvieron el mismo desempeño en las pruebas que evaluaron otras habilidades cognitivas, tales como la memoria y el control de los impulsos motores. La diferencia en las habilidades para interpretar a las personas fue la única que resultó evidente.

"Es posible ser inteligente de muchas formas diferentes", aseguró Hannah Salomons, estudiante de doctorado y autora principal del estudio. "Los animales desarrollan la cognición de manera que esta les ayude a tener éxito en cualquier entorno en el que vivan".

Otras pruebas revelaron que, a diferencia de los lobitos, los perritos también tenían una probabilidad 30 veces mayor de acercarse a un extraño.

"En lo que respecta a los cachorros con los que trabajamos: si entras en el recinto de los perros, ellos se acercan, buscan subirse encima de ti y lamerte la cara, mientras que la mayoría de los lobitos corren a una esquina y se esconden", dijo Salomons.

La 'genialidad social' de los perros se debe a la domesticación

En una prueba, los premios se colocaron dentro de un recipiente sellado para que los cachorros no pudieran acceder a ellos. Al igual que los perros “lobo” en el estudio japonés, los perros “lobo” intentaron resolver el problema por sí mismos, mientras que los demás cachorros ocuparon la mayor parte del tiempo en pedir ayuda a las personas que se encontraban cerca a través del contacto visual, como si dijeran: "No puedo con esto, ¿puedes solucionarlo?".

Brian Hare, autor principal del estudio y profesor de antropología evolutiva en Duke, piensa que esta investigación proporciona algunas de las evidencias más sólidas que respaldan la "hipótesis de la domesticación" hasta la fecha. De acuerdo con el comunicado de prensa:

“De 12 000 a 40 000 años atrás, mucho antes de que los perros aprendieran a traer objetos, tenían un ancestro en común con los lobos. Lo que no deja de ser un misterio es cómo esos depredadores tan temidos y aborrecidos llegaron a convertirse en el mejor amigo del hombre.
Una de las teorías es que, durante los primeros encuentros entre ambas especies, solo los lobos más amigables habrían podido acercarse lo suficiente como para hurgar en las sobras de las personas en lugar de huir. Es posible que, mientras que los lobos más tímidos y ariscos pasaban hambre, los más amigables sobrevivían y transmitían los genes que los hacían menos temerosos o agresivos a las personas.
La hipótesis es que esto siguió así generación tras generación, hasta que los descendientes del lobo desarrollaron la habilidad de medir las intenciones de las personas con las que interactúan al descifrar sus gestos y señales sociales".

De acuerdo con Hare, "este estudio refuerza la evidencia de que la genialidad social de los perros es producto de la domesticación" y piensa que los perros nacen preparados para ser excelentes animales de servicio gracias a esta habilidad. Al igual que los bebés, los perritos entienden de forma intuitiva que las personas señalan para comunicar algo, y eso es algo que los cachorros de lobo no logran comprender.

"Pensamos que, cuando otros intentan ayudarte, esto indica un elemento muy importante de la cognición social", aseveró Hare.

De acuerdo con Salomons, "los perros nacen con esta habilidad innata de entender que estamos intentando comunicarnos y colaborando con ellos".