📝   HISTORIA EN BREVE

  • La pitiosis es una infección grave provocada por los organismos Pythium insidiosum, que están relacionados con las algas, pero se comportan más como hongos
  • El P. insidiosum a menudo se encuentra en estanques, pantanos, manglares y otras formas de agua estancada, por esta razón en ocasiones se le conoce como "cáncer de pantano"
  • En el pasado solo se encontraba en los estados de Estados Unidos que rodean el Golfo de México; sin embargo, ahora existen informes que muestran casos de pitiosis en Nueva Jersey, Wisconsin y el norte de California, entre otros
  • Los síntomas de pitiosis incluyen heridas que no cicatrizan, diarrea o vómitos crónicos y pérdida de peso sin causa aparente; también pueden presentarse masas gastrointestinales
  • Por lo general la pitiosis no se detecta hasta que está avanzada y podría diagnosticarse de manera errónea como una infección por hongos

🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker

La pitiosis es una infección grave y podría ser mortal, es provocada por los organismos Pythium insidiosum, que están relacionados con las algas, pero se comportan más como hongos. El P. insidiosum, que en ocasiones se le denomina como "moho de agua", a menudo se encuentra en estanques, pantanos, manglares y otras formas de agua estancada, por esta razón en ocasiones se le conoce como "cáncer de pantano".

En el pasado solo se encontraba en los estados de Estados Unidos que rodean al Golfo de México; sin embargo, ahora existen informes que muestran casos de pitiosis en Nueva Jersey, Wisconsin y el norte de California, entre otros. Esta infección no contagiosa es provocada por el contacto directo con agua o suelo húmedo que alberga el organismo.

Si bien la pitiosis se identificó desde 1884, en la última década los casos han aumentado de forma significativa. Un informe señaló que "la pitiosis se extendió por 23 países tropicales, subtropicales y de climas templados de todo el mundo", pero el 79.2 % de los animales afectados, en su mayoría caballos, perros y vacas, se encuentran en los Estados Unidos

Por desgracia, la pitiosis es poco diagnosticada y difícil de tratar. Esta infección podría ser mortal en perros, ya que a menudo no se diagnostica hasta que evoluciona a una enfermedad grave. Es importante conocer los signos y síntomas, en especial si tu mascota tiene acceso a estanques o zonas pantanosas, para poder brindarle un tratamiento temprano y más exitoso.

Signos y síntomas de la pitiosis

Aunque cualquier perro puede desarrollar pitiosis, es más común en perros de razas grandes de caza o deportivas, esto podría ser ya que pasan más tiempo en áreas de agua dulce. También es más común en el pastor alemán, aunque la razón de esto se desconoce.

La pitiosis cutánea o de piel, se desarrolla cuando una herida se infecta, lo que provoca bultos grandes, rojos y que causan comezón. Se desarrollan llagas que no cicatrizan o úlceras con pus, y puede provocar la muerte del tejido y la piel afectada se pone de color negro. También existe una forma gastrointestinal, que provoca vómitos y diarrea. Los perros pueden perder peso y también desarrollar obstrucciones en el tracto gastrointestinal.

La infección también puede propagarse a otros órganos, como el hígado, el páncreas o el útero. La pitiosis de los senos paranasales, el cerebro o los pulmones provoca congestión, dolor de cabeza, fiebre, tos e inflamación de los senos paranasales. De acuerdo con Veterinary Microbiology:

“Dependiendo del área afectada, la infección puede provocar diferentes formas de pitiosis; es decir, una forma cutánea, vascular, ocular, gastrointestinal y sistémica, que es poco común. La infección no es contagiosa; hasta el momento no existe ningún caso de transmisión animal-animal o animal-humano”.

Pero, como ya lo mencioné antes, por lo general la pitiosis no se detecta hasta que está avanzada, y podría diagnosticarse de manera errónea como una infección por hongos. Y, desafortunadamente, el resultado de eso por lo general es mortal. Un estudio demostró que la tasa de mortalidad por pitiosis en perros fue del 83.9 %.

El tratamiento temprano es primordial

Después de que aparezcan los primeros síntomas, entre más rápido lleves a tu perro al veterinario, el pronóstico será mejor. La infección se puede diagnosticar utilizando una prueba ELISA para P. insidiosum, que busca anticuerpos indicativos de exposición. También se puede realizar una biopsia de la lesión infectada para el diagnóstico.

Los perros que contraen la enfermedad por lo general se someten a una cirugía para extirpar el tejido afectado y lo mejor es realizarla cuanto antes. Sin embargo, en ocasiones no siempre es posible eliminar todo el tejido infectado, ya que depende de la ubicación de las lesiones y la gravedad de la enfermedad. Además, existe la posibilidad de que la infección regrese después de la cirugía.

Varios informes de casos de pitiosis mostraron que los medicamentos antimicóticos han ayudado a curar la enfermedad, en particular cuando se administran junto con corticosteroides. En un informe, tres perros con pitiosis colónica mostraron una "eliminación completa de los síntomas clínicos, y una disminución de las masas colónicas" después del tratamiento con los medicamentos itraconazol, terbinafina y corticosteroides.

Los investigadores señalaron que “este podría ser un tratamiento prometedor para perros con pitiosis gastrointestinal en los que la intervención quirúrgica no es posible”. Sin embargo, debido a que el P. insidiosum no es un hongo, los medicamentos por sí solos no son suficientes para curar la infección. De acuerdo con un artículo del Journal of the American Veterinary Medical Association:

“El tratamiento de la pitiosis intestinal se ha descrito como desalentador, y en los casos en los que no es posible realizar una resección amplia del tejido afectado, el pronóstico es malo.
La administración de una combinación de itraconazol y terbinafina podría ayudar solo en un 20 % de los casos de perros afectados. La ausencia de ergosterol dentro de la membrana celular de los oomicetos, podría ser la causa de que el tratamiento médico tenga poco resultado, ya que es el objetivo de la mayoría de los agentes antifúngicos”.

También se están investigando las opciones de inmunoterapia. Uno de esos tratamientos, desarrollado por Pan American Veterinary Laboratories, tuvo un índice de efectividad del 55 %, cuando se administró al inicio de la infección. También es recomendable medir las inmunoglobulinas y, en caso de estar bajas, comenzar con las inmunoglobulinas orales, ya que la enfermedad se observa con más frecuencia en animales inmunosuprimidos.

La mejor manera de investigar las causas principales y los factores que contribuyen a descubrir que los animales son víctimas de esta enfermedad, desde el punto de vista inmunológico, es en colaboración con un veterinario de medicina funcional. Después de la cirugía, la terapia con ozono y la oxigenoterapia hiperbárica son dos buenas opciones para ayudar a la recuperación.

Si notas que tu perro tiene heridas que no cicatrizan, diarrea o vómitos crónicos y pérdida de peso sin causa aparente, llévalo con el veterinario para saber si la pitiosis podría ser la causa. Esto es de importancia, en especial si tu perro pasa tiempo en áreas con agua estancada.