HISTORIA EN BREVE

  • De acuerdo con los resultados de un nuevo estudio, los padres "serios y confiables" de mascotas, definidos como aquellos con altas expectativas y alta capacidad de respuesta hacia sus perros, tienen la influencia más positiva en el comportamiento y la cognición de sus mascotas
  • Los perros de dueños serios demuestran con mayor frecuencia estilos de apego seguro, son muy sensibles a las señales sociales y prefieren estar cerca de sus dueños en lugar de estar cerca de una persona desconocida, y son más persistentes en la solución de problemas
  • Los perros de dueños "autoritarios" (altas expectativas, poca capacidad de respuesta) o "permisivos" (bajas expectativas, poca capacidad de respuesta) tienden a estar menos apegados a sus humanos y son menos persistentes en la resolución de problemas
  • Además del efecto de los estilos de crianza de las mascotas en los perros, gracias a la oxitocina y otras hormonas que mejoran el estado de ánimo, tanto los humanos como los caninos reciben muchos beneficios físicos y emocionales cuando interactuamos
  • A través del proceso de domesticación, los perros también han aprendido a leer las expresiones faciales humanas y responder a nuestra intención comunicativa

Por la Dra. Karen Shaw Becker

De acuerdo con los resultados de un nuevo estudio, los dueños de perros que tienen altas expectativas y son muy sensibles al comportamiento y las necesidades de sus mascotas, tienen familiares caninos que se sienten más seguros cuando están lejos de sus dueños y que son más persistentes al momento de solucionar problemas.

Dicho estudio de la Universidad Estatal de Oregón (OSU, por sus siglas en inglés) se publicó en septiembre de 2022 en la revista Animal Cognition. De acuerdo con Monique Udell, profesora asociada de dicha universidad, experta en comportamiento canino y coautora del estudio:

"Descubrimos que el estilo de crianza de las mascotas predice los patrones de comportamiento y cognición del perro. Este es un hallazgo importante porque sugiere que los dueños de perros que se toman el tiempo para comprender y satisfacer las necesidades de sus perros tienen una probabilidad mayor de tener perros seguros y resistentes".

Analicemos la relación entre los humanos y sus perros

En los últimos años se ha investigado mucho sobre qué emociona a nuestros compañeros caninos, incluyendo la manera en que el ambiente en el hogar y las experiencias previas influyen en su comportamiento.

Ahora, los investigadores han comenzado a investigar la relación entre los dueños de los perros y sus mascotas, y cómo influye eso en su comportamiento. De acuerdo Lauren Brubaker, coautora del estudio y científica del comportamiento, la investigación sobre las relaciones entre humanos y perros es similar a la investigación de la psicología humana.

La forma en que los seres humanos crían a sus hijos ha demostrado ser un factor importante en el desarrollo, salud mental, éxito intelectual, cognición social, apego y el desempeño laboral de estos últimos . Para su estudio, uno de los primeros de su tipo, Brubaker y Udell se propusieron analizar las formas en que la calidad de la relación humano-perro influye en el rendimiento de pruebas de comportamiento y cognitivas.

¿Cuál es tu estilo de crianza de mascotas?

Udell y Brubaker encuestaron a 48 dueños de perros sobre sus estilos de crianza de mascotas. Con base en las respuestas de la encuesta, los dueños se colocaron en una de tres categorías similares a las que se usan en la investigación sobre crianza humana:

  1. Serio y confiable (altas expectativas, alta capacidad de respuesta)
  2. Autoritario (altas expectativas, poca capacidad de respuesta)
  3. Permisivo (bajas expectativas, poca capacidad de respuesta)

Luego, se llevaron a los perros al Laboratorio de Interacción Humano-Animal de la OSU dirigido por Udell y se les realizaron tres pruebas de comportamiento:

Prueba # 1: Apego al dueño. Las parejas dueño-perro se llevan a la misma habitación. El dueño interactúa con el perro cuando se acerca, luego sale de la habitación y después regresa para reunirse una vez más con el perro.

Prueba # 2: Sociabilidad. El dueño y una persona desconocida están en la habitación con el perro mientras los investigadores estudian sus reacciones.

Prueba # 3: Resolución de problemas. El perro intenta obtener una golosina de un rompecabezas con diferentes niveles de ayuda del dueño.

Lo que aprendieron los investigadores

  • Los perros de dueños serios y confiables (altas expectativas, alta capacidad de respuesta) eran los más propensos a tener estilos de apego seguro, eran muy sensibles a las señales sociales, preferían estar cerca de su dueño versus     a una persona desconocida, y fueron más independientes y persistentes en la resolución de problemas. De hecho, solo los perros de este grupo resolvieron con éxito la tarea del rompecabezas.
  • Los perros con dueños autoritarios (altas expectativas, poca capacidad de respuesta) tenían más probabilidades de tener una relación insegura con sus dueños en comparación con los perros en el grupo de dueños autoritarios. Sin embargo, en la prueba de sociabilidad, estos perros también pasaron más tiempo tratando de estar cerca de su dueño en comparación con la persona desconocida.
  • Los perros con dueños permisivos (bajas expectativas, poca capacidad de respuesta) siguieron las señales sociales de la persona desconocida pero no de su dueño; sin embargo, pasaron el mismo tiempo en proximidad con su dueño, independientemente del nivel de atención que les diera su dueño. Estos perros también fueron menos persistentes para resolver el rompecabezas.

Con base en estos resultados, los investigadores concluyeron que la relación perro-dueño podría ser funcional y emocionalmente similar a la relación padre-hijo.

La relación humano-perro genera hormonas para sentirse bien

Si un lector cree que la relación humano-perro es unidireccional, es decir, que solo afecta a nuestros mejores amigos peludos, ¡ten la seguridad de que ese no es el caso! Los estudios demuestran que existe una verdadera química entre los perros y sus humanos. De hecho, las interacciones diarias con su compañero canino tienen un efecto edificante en su bioquímica, gracias a una hormona llamada oxitocina, a veces llamada la "hormona del abrazo" o la "sustancia del amor".

La oxitocina es una sustancia natural en el cuerpo que hace que se sienta bien con el contacto físico.   También actúa como un analgésico natural y reduce los niveles de estrés y la presión arterial.

Durante mucho tiempo se ha dicho que el contacto de persona a persona, por ejemplo, la relación con niños o parejas, ayuda a desencadenar la oxitocina. Hace poco tiempo, los estudios demostraron que, relacionarse con una especie diferente también promueve la liberación de esta maravillosa hormona.

En 2003, un estudio realizado en la Universidad de Pretoria en Sudáfrica reveló algunas ideas sobre la interacción entre los perros y sus humanos.

Los dueños de perros se sentaron en una alfombra con sus perros y durante 30 minutos se concentraron solo en sus mascotas. Les hablaban en voz baja y les acariciaban, rascaban y abrazaban. Se extrajeron muestras de sangre de los dueños al principio y al final de la sesión de 30 minutos.

Los investigadores encontraron que la presión arterial de los dueños disminuyó y que no solo presentaban niveles elevados de oxitocina, sino también de otras hormonas. Entre ellas, las beta-endorfinas, que están relacionadas con el alivio del dolor y euforia; la prolactina, que promueve el vínculo entre los padres e hijos; la feniletilamina, que aumenta en las personas involucradas en relaciones románticas; y, la dopamina, que incrementa la sensación de placer.

De manera curiosa, todas las mismas hormonas también aumentaron en los perros, ¡lo que sugiere que los sentimientos de apego son mutuos! Luego, los dueños de los perros se sentaron en la habitación y leyeron un libro durante 30 minutos. Ninguna de las hormonas, incluyendo la oxitocina, aumentó tanto como lo hizo durante la sesión con los perros. Hace una década, un estudio japonés demostró que, cuando nuestros perros nos miran, nuestros niveles de oxitocina aumentan.

El estudio involucró a 55 perros y sus dueños. Las personas cuyos perros los miraron durante dos minutos o más tuvieron niveles más altos de oxitocina que los dueños cuyos perros los miraron durante menos tiempo. También afirmaron ser más felices con sus perros que los dueños cuyos perros los miraban solo por un minuto.

En un estudio sueco realizado en 2011, los investigadores descubrieron que las personas que besaban a sus perros con frecuencia tenían niveles más altos de oxitocina que otros dueños.

Y, junto con los besos, hubo otros dos factores que contribuyeron a los niveles altos de oxitocina: uno fue que los dueños percibieron la relación con su perro como placentera en lugar de difícil o una tarea, y el otro fue que ofrecieron menos golosinas a su mascota, prefiriendo en su lugar atención y afecto.

¿Sabías que los perros pueden leer nuestras expresiones faciales?

En 2018, un equipo de investigadores italianos publicó un estudio de expresión facial con 26 perros. Mientras los perros comían, los científicos les mostraron fotos de los mismos dos rostros humanos (un hombre y una mujer).

Las imágenes se colocaron a los lados de la línea de visión de los perros y mostraban a los humanos expresando una de seis emociones: ira, miedo, felicidad, tristeza, sorpresa o disgusto. Una segunda cara mostraba una expresión neutral (no emocional).

Los investigadores observaron que, cuando los perros veían expresiones faciales como la ira, miedo y la felicidad, su ritmo cardíaco subía y giraban la cabeza hacia la izquierda. También tardaron más en volver a comer que cuando se les mostró la cara neutral.

Los científicos concluyeron que los perros experimentaron más estrés cuando vieron estas tres expresiones faciales particulares, y especularon que la cara feliz causó estrés porque los perros relacionan los dientes con una amenaza. De manera curiosa, cuando a los perros se les mostraron expresiones faciales de sorpresa, permanecieron relajados y tendieron a girar la cabeza hacia la derecha.

No demostraron "sesgo lateral" con la cabeza cuando se les mostraron imágenes de tristeza, disgusto o una expresión neutral.

Los resultados de este estudio son una prueba más de la relación que existe entre los perros y las personas. De acuerdo con los investigadores, los perros que giran la cabeza hacia la izquierda o hacia la derecha también sugieren que nuestros compañeros peludos usan diferentes partes de sus cerebros para procesar las emociones humanas.

El lado derecho del cerebro es más importante para regular el flujo simpático hacia el corazón y es fundamental para controlar la respuesta de lucha o huida, que es necesaria para la supervivencia. Las emociones negativas y excitantes parecen ser procesadas por el hemisferio derecho del cerebro, y las emociones más positivas por el hemisferio izquierdo.

Los perros también responden a nuestra intención comunicativa

La investigación demuestra que los perros rastrean los movimientos oculares humanos y, dichos movimientos se relacionan con la intención.

Un estudio publicado en 2012 en la revista Current Biology comparó esta capacidad de los perros con una similar que muestran los bebés humanos. Para el estudio, a 16 perros se les mostraron videos de una persona girando hacia uno de dos objetos idénticos. En un video, la persona mira de manera directa al perro y dice con voz animada: "¡Hola, perro!". En el otro video, la persona evitó el contacto visual y dijo: 'Hola, perro', en voz baja.

Se usó un rastreador ocular para capturar las reacciones de los perros y, a partir de los datos recopilados, los investigadores concluyeron que hubo una probabilidad mayor que los perros miraran el objeto en el video con la persona más comunicativa. Este fue el primer estudio en utilizar técnicas de seguimiento ocular para observar cómo los perros interactúan con las personas.

El estudio comprobó que existe un aspecto adicional de como los perros están atentos a lo que hacen sus humanos al demostrar que cuando la mirada de un perro sigue a un humano, no es solo un reflejo.  Está relacionada con la "intención comunicativa" del ser humano.

Aunque el cerebro de tu perro no procesa la información de la misma manera que lo hace un niño humano, su capacidad para interactuar contigo en este nivel ayuda a fortalecer la relación que comparten. Y cuando consideras las diferencias biológicas entre humanos y caninos, ¡el hecho de que podamos comunicarnos es algo muy obvio!