HISTORIA EN BREVE

  • Un nuevo estudio preimpreso refuerza una investigación previa que sugiere que los perros pueden distinguir entre las acciones intencionales y el comportamiento no intencional de las personas
  • En el estudio actual, 48 perros demostraron, por medio de su comportamiento y lenguaje corporal, que entendían de forma instintiva la diferencia entre las intenciones de una persona "torpe" y las de alguien que los molestaba a propósito
  • Un estudio que se publicó en 2021 también demostró que los perros pueden diferenciar entre el comportamiento humano intencional y accidental, y reaccionar en consecuencia
  • En el estudio anterior, hubo una mayor probabilidad de que los perros intentaran atrapar un premio cuando el experimentador lo dejaba caer por accidente o cuando un obstáculo físico le impedía dárselo (acciones no intencionales), en comparación con las ocasiones en que el experimentador los molestaba con los premios, pero no se los daba (acción intencional)
  • Reconocer la intención de las acciones es un componente básico de la teoría de la mente y parece que eso fue justo lo que hicieron los perros del estudio

Por la Dra. Karen Shaw Becker

La investigación demuestra que los perros, aunque sean cachorros muy jóvenes, entienden de forma instintiva los mensajes que se envían cuando las personas señalan algo. Así que ahora surge esta duda: "¿los perros en verdad pueden leer nuestra mente o solo han vivido junto a nosotros durante tanto tiempo que han evolucionado para relacionar ciertas cosas, como una mano que señala con un delicioso premio?".

La respuesta genera controversia entre los biólogos cognitivos, así que un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Messerli de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena decidió adoptar un enfoque diferente: realizó un experimento similar a otro que se diseñó para determinar si los bebés humanos pueden leer las intenciones de los adultos. Los resultados de su investigación se publicaron hace poco en el servidor de preimpresión bioRxiv.

Como parte del estudio, los investigadores les ofrecieron premios a varios perros bajo dos circunstancias. En la primera, los investigadores dejaron caer el premio "con torpeza", mientras que, en la segunda, provocaron a los perros alejando el premio justo cuando estaban a punto de tomarlo.

Resulta interesante que, a pesar de que los investigadores hicieron los mismos gestos básicos con las manos en ambos casos, los perros parecían más frustrados cuando los provocaban. Esto sugiere que los perros entendieron la diferencia entre las buenas y las malas intenciones de las personas que les dieron los premios.

Los perros parecen entender cuando alguien los está molestando a propósito

Para realizar el experimento, Maud Steinmann, una de las investigadoras y estudiante de pregrado en biología de la Universidad de Ciencias Aplicadas HAS, en Holanda, se metió en una celda: una caja rectangular con malla en los lados y un panel de plástico transparente en el frente, en medio del cual había un orificio del tamaño de una pelota de golf.

Después, el equipo llevó 48 perros de distintas razas a la sala, que también estaba equipada con ocho cámaras para grabar lo que sucediera, así como un software de seguimiento 3D asistido por inteligencia artificial que captó cada movimiento de los perros, por insignificante que pareciera.

En uno de los "juegos mentales", Steinmann sostuvo un trozo de salchicha cerca del orificio, pero cada vez que se acercaba un perro, este "se resbalaba" de sus dedos y caía dentro de la jaula. En otro ejercicio, sostuvo el bocadillo cerca del orificio, pero lo apartaba en cuanto un perro se acercaba lo suficiente para tomarlo. Y en el último ejercicio, se tapó el orificio, así que Steinmann intentaba sacar el bocadillo sin éxito. Cada prueba duró cerca de 30 segundos.

De acuerdo con los investigadores, los perros parecían entender cuando no se les tomaba en serio. En el ejercicio en que la investigadora dejó caer el bocadillo por accidente, los perros permanecieron frente a la jaula durante el 89 % de la prueba. No obstante, cuando los provocó con el bocadillo sin permitirles tomarlo, los perros permanecieron ahí solo el 78 % de la prueba.

Y cuando se bloqueó el agujero, los perros pasaron solo el 64 % de la prueba cerca del panel de plástico y no tardaron en moverse hacia un lado de la jaula, ya que asumieron que podrían obtener el bocadillo a través de la malla.

Ella quiere darme comida, pero no puede. Entonces, voy a intentar conseguirla de otro modo”, dice Christoph Völter, autor principal del estudio y psicólogo comparativo de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, al imaginar que piensan los perros.

Asimismo, el software de rastreo 3D reveló que los perros daban una idea de lo que estaban pensando por medio de sus colas. Se descubrió que tendían a mover la cola más hacia la derecha cuando la investigadora dejaba caer el bocadillo por accidente. Cuando el movimiento de la cola es hacia la derecha, indica actividad del hemisferio izquierdo del cerebro, y algunas investigaciones previas han vinculado el movimiento en dicha dirección con una respuesta positiva. Esto sugiere que los perros del estudio pensaron que las intenciones de la investigadora eran buenas cuando dejó caer el bocadillo, a diferencia de cuando lo alejó para que no lo tomaran.

Es muy importante que los perros se sintonicen con nuestros pensamientos

Aunque este fue un estudio preliminar, los hallazgos son importantes según Evan MacLean, director del Centro de Cognición Canina en la Universidad de Arizona (quien no participó en la investigación), en especial si se considera cuán difícil es entender lo que pasa en la mente de otra especie. MacLean considera que estos descubrimientos respaldan la noción de que los perros están en sintonía con nuestros pensamientos y nuestras acciones.

También cree que el seguimiento en 3D aumenta la precisión de los experimentos porque detecta señales sutiles que un observador humano podría pasar por alto, tales como la rapidez con la que mueven la cola.

Lo interesante es que, mientras que los chimpancés, nuestros parientes más cercanos, no responden ante los señalamientos humanos, otros estudios han demostrado que se comportan de manera similar a los perros en experimentos como los que se llevaron a cabo en el estudio actual, lo que significa que también pueden leer nuestras intenciones.

De acuerdo con MacLean, si los perros de verdad pasan las pruebas en las que una persona señala algo o actúa con torpeza, esto sugiere que tienen una teoría fundamental de la mente (que se explicará más a detalle en breve): tienen la capacidad de comprender lo que otros están pensando, lo que podría significar que su comprensión de las intenciones de otros es "considerablemente más compleja" que la de los chimpancés. Y esto implicaría que no solo entienden lo que estamos pensando, sino también que queremos que lo sepan.

En resumen, MacLean considera que estudios como este demuestran la importancia de que los perros intenten conectar con nosotros a nivel mental, aunque solo sea para ayudarlos a comprender "qué estamos haciendo".

"La mayor parte de lo que hacemos debe parecerles muy extraño a los perros", expresa MacLean. "Tratar de entender lo que hay en nuestras mentes les sería muy útil".

¿Los perros tienen una "Teoría de la mente"?

Un estudio similar que se realizó el año pasado, cuyos resultados refuerzan los del estudio actual, sugiere que los perros pueden diferenciar las acciones intencionales de las accidentales, así como reaccionar de forma distinta ante ellas.

Desde que los humanos y los cánidos empezaron a convivir, los perros han demostrado tener una habilidad especial para comprendernos. El hecho de que podamos enseñarles a sentarse, acostarse y darse la vuelta cuando se los pedimos, es solo un ejemplo. Sin embargo, hasta hace poco, no habíamos comenzado a desentrañar si los perros entienden solo las señales visuales y verbales que les damos, sino también las intenciones detrás de ellas. De acuerdo con el sitio web ScienceDaily:

"La capacidad de reconocer las intenciones de los demás, o al menos percibirlas, es un componente básico de la ‘Teoría de la mente’, la capacidad de atribuir estados mentales a uno mismo y a los demás, que por mucho tiempo se consideró exclusiva de los humanos".

Los investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana de Alemania se propusieron responder esta pregunta: "¿Los perros tienen la capacidad de notar la diferencia entre algo hecho a propósito y algo accidental, y cuentan con este componente básico de la Teoría de la mente?".

El equipo llevó a cabo un experimento para observar cómo reaccionan los perros cuando las personas no los dejan tomar los premios, tanto de forma intencional como accidental. Usaron un paradigma llamado "no puede versus no quiere", que antes de este estudio solo se había utilizado en la investigación de la cognición humana.

Se incluyeron en el estudio un total de 51 perros. A cada perro se le puso a prueba en tres situaciones un poco diferentes, cada una de las cuales implicaba estar separado del investigador por una barrera transparente. Lo primero que hizo el experimentador fue darle premios a los perros a través de un espacio que había en la barrera antes de cambiar las cosas para la prueba.

1.     En la situación de "no quiere", quien condujo el experimento primero ofreció el premio; sin embargo, de repente lo retiró a través del espacio en la barrera y lo puso enfrente del perro.

2.     En la situación "no puede-torpe" el investigador puso el premio frente al espacio en la barrera, intentó pasarlo a través de este y "de manera accidental" lo dejó caer.

3.     En la situación "no puede-bloqueado" el investigador intentó darle el premio; no obstante, el espacio de la barrera estaba bloqueado.

Los perros no lograron obtener los premios a través de la barrera en ninguna de las pruebas.

Un estudio asegura que los perros pueden reconocer la intención de las acciones

Los investigadores asumieron que, si los perros tuvieran la capacidad de averiguar las intenciones de los seres humanos a través de sus acciones, entonces los perros del estudio reaccionarían de manera diferente en la situación de "no quiere" comparada con la situación "no puede".

En teoría, 1) los perros no estarían ansiosos por acercarse al premio que el investigador no quiso darles porque asumieron del comportamiento humano que no se los darían y 2) querrían acercarse al premio en la segunda o tercera situación ya que dichas acciones estaba dirigidas a ellos.

Los investigadores observaron que los perros no solo esperaron más tiempo en la situación involuntaria que en las otras dos, sino que también tenían una mayor tendencia a sentarse o acostarse y dejar de mover la cola, comportamiento que suele interpretarse como apaciguamiento.

"Sin duda, los perros de nuestro estudio se comportaron de manera diferente cuando las acciones de un experimentador humano eran intencionales o cuando no lo eran", afirmó en un comunicado de prensa, la autora principal del estudio Britta Schünemann. "Esto sugiere que es posible que los perros sean capaces de identificar la intención de las acciones de las personas", agrega el coautor Hannes Rakoczy de la Universidad de Göttingen.

Como señala Juliane Bräuer, jefa del laboratorio de estudios caninos del Instituto Max Planck, las situaciones a las que se enfrentaron los perros fueron inusuales, porque sus dueños no tenían la costumbre de provocarlos con premios y negarse a dárselos. Dice que la forma en que reaccionaron los perros, "realmente podría sugerir que son capaces de comprender la intención, al menos en este simple experimento".

Aunque es necesario hacer más investigaciones para confirmar estos hallazgos, son la primera evidencia de que los perros poseen al menos un aspecto de la teoría de la mente: la capacidad de reconocer la intención de las acciones.