HISTORIA EN BREVE

  • Los medios de comunicación informan que los perros corren muchos riesgos cuando muerden huesos; por ejemplo, se dio a conocer una historia de Australia en la que un perro sufrió un daño impresionante en la boca y la dentadura debido a que le dieron un hueso para masticar, lo que también implicó un gasto económico considerable
  • La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) también ofrece consejos sobre cómo darles huesos a los perros; en los últimos años, la agencia actualizó su guía para advertir a los consumidores sobre los huesos cocidos y los "huesos comerciales", en específico, para distinguirlos de los "huesos de carnicero sin cocer"
  • Si bien es cierto que ningún hueso es seguro para algunos perros, la mayoría pueden morder huesos crudos siempre y cuando se les supervise mientras lo hagan y se cuente con la información pertinente al respecto
  • Es importante que conozcas la forma de morder de tu perro para que puedas elegir los huesos apropiados para él; por ejemplo, algunos perros son masticadores agresivos, algunos son devoradores y otros son cuidadosos

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Tal vez hayas notado que, de vez en cuando, los medios de comunicación presentan noticias sobre los peligros de darle huesos a los perros.

Por ejemplo, un reportaje publicado por una estación de noticias de televisión australiana informó que "algunos veterinarios les pedían a los dueños de mascotas que pensaran dos veces antes de darle huesos a sus perros, ya que podrían causarles lesiones impactantes que han ocasionado que las familias gasten decenas de miles de dólares en facturas dentales".

Al parecer, un perro de 12 años llamado Fred recibió un hueso para masticar y, como resultado, tuvo que someterse a "8 endodoncias, 3 extracciones y 12 restauraciones", al igual que a una cirugía de 5 horas para extraer "grandes fragmentos de hueso encarnado y afilado" que estaban alojados en su paladar. De acuerdo con el cirujano de Fred, los huesos crudos son una pésima idea. "No limpian los dientes, sino que los rompen", indicó.

Sin duda, darle el hueso equivocado al perro equivocado puede causar todo tipo de problemas, pero no estoy de acuerdo con la declaración general del veterinario de que los huesos crudos son una mala idea y no ayudan a mantener limpios los dientes de los perros. De hecho, varios estudios han confirmado lo contrario, por ejemplo, un artículo de 2020 concluyó que los huesos eliminan el 90 % del sarro sin dañar el esmalte o producir fracturas en la raíz de los dientes.

Por fortuna, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) actualizó su guía en los últimos años y ahora recomienda evitar los huesos cocidos ("frágiles") de pavo y de pollo, así como los "huesos comerciales" que "difieren de los huesos de carnicero sin cocer porque éstos se procesan y empaquetan para su venta como golosinas para perros".

“Existe una variedad de huesos comerciales para perros, incluyendo huesos descritos como 'huesos de jamón', 'huesos de fémur de cerdo', 'huesos de costilla' y 'huesos de nudillos ahumados'...  Los productos se pueden secar mediante un proceso de ahumado o cocción, y pueden contener otros ingredientes como conservadores, condimentos y saborizantes de ahumados".

Nunca le des un hueso cocido a tu perro. Las lesiones reportadas por los dueños y veterinarios a la FDA de perros que han comido huesos comerciales incluyen:

Obstrucción gastrointestinal (obstrucción en el tracto digestivo)

Diarrea

Asfixia

Sangrado del recto

Cortes y heridas en la boca o en las amígdalas

Muerte

Vómito

Este tipo de hueso es beneficioso para la mayoría de los perros

Desde mi experiencia, hay una manera segura de darle huesos recreativos a la mayoría de los perros (mas no a todos), siempre y cuando se sigan tres reglas muy importantes.

  • Número uno: los huesos deben estar crudos.
  • Número dos: los huesos deben ser del tamaño apropiado     para el perro.
  • Número tres: debes supervisar a tu perro mientras muerda el hueso; "supervisar" significa no perderlo de vista.

Los antepasados y contrapartes de los perros en la naturaleza han comido huesos desde siempre. En su hábitat natural, los caninos comen presas, incluyendo carne, huesos y vísceras. De hecho, tu mascota tiene requisitos biológicos de los nutrientes presentes en la médula ósea y los huesos. Y a los perros les encanta morder huesos crudos debido a que tienen un sabor exquisito, favorecen la estimulación mental y les brindan una gran oportunidad de ejercitar los músculos de la mandíbula.

Hay dos tipos de huesos crudos: comestibles y recreativos. Los huesos crudos comestibles son los huesos de las aves, huecos y sin peso (por lo general, alas de pollo y pescuezos de pollo o pavo). Son suaves, flexibles, no tienen médula y pueden aplastarse con facilidad en una trituradora de carne.  Estos huesos proporcionan calcio, fósforo y oligoelementos que pueden ser una parte esencial de la dieta balanceada de tu perro, a base de alimentos enteros.

Los huesos crudos recreativos son grandes trozos de carne de res, fémur de bisonte, o huesos de la cadera rellenos de médula. Encontrarás huesos recreativos crudos en la sección de los congeladores de las tiendas de mascotas o en una carnicería local. Tu perro no puede obtener de ellos una nutrición significativa debido a que no es capaz de triturarlos con facilidad y comérselos junto con sus alimentos, así que solo son para roer (limpiar los dientes).

Cuando tu perro mastica un hueso crudo, sobre todo uno carnoso, con cartílago y tejido blando, sus dientes obtienen el equivalente a un buen cepillado y uso de hilo dental, ya que, durante todo este proceso, se produce la abrasión mecánica necesaria. Esto ayuda a combatir el sarro y reducir el riesgo de una enfermedad en las encías.

¿Cómo mastica tu perro?

Es recomendable que le des un hueso o masticable que se adecúe a su personalidad, tamaño y estado de salud. Me atrevería a aseverar que Fred, el tema de la noticia anterior, se clasifica en al menos una de las siguientes categorías.

•      Masticadores agresivos. Los masticadores agresivos quieren consumir el hueso entero lo antes posible (como Fred). El problema que presentan muchos masticadores agresivos son fracturas en los dientes. No se les deben dar huesos duros como astas.

Tampoco se les debe proporcionar huesos delgados que entren con facilidad en sus bocas, ya que esto les permitirá aplicar mucha fuerza en su mordida vertical. Si un masticador fuerte recibe aros pequeños y angostos de fémur o astas delgadas, podría haber problemas. Es importante supervisarlos cuando se les dé algo para morder.

Una buena opción para los masticadores agresivos son los nudillos grandes y crudos, que son mucho más ligeros que las astas y más suaves para los dientes. Los "huesos" comerciales 100 % comestibles (elaborados con ingredientes de grado humano) son otra buena opción para ellos. Algunos solo pueden morder huesos comestibles porque no es seguro darles huesos recreativos (como es el caso de Fred).

Como ya mencioné, es importante que supervises la masticación de tu perro en todo momento, porque un masticador agresivo con grandes mandíbulas puede reducir un hueso muy grande hasta el tamaño de una pelota de ping pong en poco tiempo. Una vez que un hueso es reducido a ese tamaño, es demasiado pequeño para ser seguro, por lo que es importante que vigiles a tu perro y le quites el hueso cuando notes que ya lo mordió lo suficiente.

•      Devoradores. Si tu perro es propenso a tragarse cada bocado que recibe, deberás ser precavido en el tamaño de hueso que le proporciones, porque existe la posibilidad de que llegue entero a su estómago. O podría intentar tragárselo entero y fallar, lo que puede resultar igual de desastroso.

El objetivo principal de un devorador no es roer o masticar el hueso, sino consumirlo lo más rápido posible. Por lo tanto, mi consejo de seguridad para los devoradores de todos los tamaños es ofrecerles un hueso muy grande o no darles ninguno. Ya sea que tu perro sea un labrador o un yorkie, si le ofreces un hueso recreativo más grande que el tamaño de su cabeza, le será casi imposible devorarlo. Por lo anterior, algunos devoradores son malos candidatos para morder huesos de cualquier tamaño.

•      Masticadores cuidadosos. Los perros que pertenecen a esta categoría, disfrutan mantener el hueso en su hocico o morderlo con suavidad, así que las astas son una buena opción. Puedes comprar cuernos de alce, reno o ciervo; sin embargo, es importante recordar que no debes darle astas pequeñas a un perro grande debido a la posibilidad de una fractura dental. Está bien darle astas pequeñas a perros pequeños y astas grandes a perros grandes, siempre y cuando muerdan con suavidad.

Si tu perro es un masticador cuidadoso debido a su edad, dientes sensibles o una restauración dental, sería una buena idea elegir "huesos" aún más suaves. Los "huesos" comerciales 100 % comestibles, hechos con ingredientes de grado humano son mucho más flexibles que los huesos esqueléticos reales de mamíferos.

•      Perros que no deben comer médula ósea. Si tu perro tiene sobrepeso, necesita llevar una alimentación baja en grasas, o padece pancreatitis o estómago sensible, la médula alta en grasa en los huesos crudos puede causarle problemas digestivos significativos.

La médula también es una fuente sustancial de calorías, por lo que para las mascotas que tienen demasiado peso o que necesitan evitar los alimentos grasos, existe una opción baja en grasas. Extrae la médula del hueso, reemplázala con puré de calabaza al 100 % (la variedad que viene en lata es una buena opción) y congélalo de nuevo.

Recomendaciones adicionales para darle huesos crudos a tu mascota

Ten cuenta estas cinco recomendaciones antes de ofrecerle huesos crudos a tu mascota:

•      Cuando lleves huesos crudos a casa, guárdalos en el congelador y descongélalos uno por uno antes de dárselos. No elijas huesos que estén cortados a lo largo, como los huesos de las patas. Los huesos cortados tienen más probabilidades de astillarse. Evita los huesos de cerdo o costillas, ya que tienen más probabilidades de astillarse que otros tipos.

•      Asegúrate de que el hueso sea del tamaño de la cabeza de tu perro. En realidad, no existe un hueso que sea demasiado grande, pero los huesos demasiado pequeños pueden representar un peligro de asfixia y también pueden causar un traumatismo oral.

No le des un hueso recreativo a un perro que probablemente intente tragárselo entero o morderlo en dos y comérselo en trozos enormes. Si hace esto, quítale las piezas antes de que las trague.

Dale un hueso para morder una vez que haya consumido su comida completa. Es más probable que se trague un hueso entero o lo parta y trague trozos grandes si tiene hambre (o si no le dan huesos con frecuencia).

•      Los huesos comestibles (enteros o molidos) pueden ser una buena alternativa para masticadores agresivos, en vez de los huesos crudos recreativos. Elije huesos ligeros (como los de las alas, no los de las piernas).

Si te preocupa que tu perro consuma un hueso comestible o se lo trague entero, puedes usar unas pinzas de presión o alguna herramienta similar y colocarlas en un extremo, lo que obligará a tu cachorro a morderlo poco a poco. De igual manera, algunas personas utilizan un martillo para fracturar los huesos antes de ofrecérselos, lo que minimizará el riesgo de que los traguen enteros.

•      Los huesos crudos pueden causar un gran desastre conforme son roídos. Es por eso que muchas personas los ofrecen al aire libre o en una superficie que se pueda limpiar de manera sencilla con agua caliente y jabón.

No olvides que debes supervisar a tu perro todo el tiempo que muerda un hueso. No permitas que se lleve su premio a una esquina donde esté solo, sin supervisión. Debes estar preparado para reaccionar de inmediato en caso de que comience a asfixiarse, si se tragó un trozo grande, o si notas sangre en el hueso o alrededor de su boca.

Al supervisarlo, también sabrás cuándo ha masticado la parte dura y frágil de un hueso de nudillo, que puede aumentar la posibilidad de generar astillas. Cuando lo haya roído demasiado, debes quitárselo. No permitas que tu perro lo mastique el hueso hasta convertirlo en un trozo pequeño que pueda tragar.

•      En caso de que tengas varios perros, es necesario separarlos antes de darles huesos recreativos. Recoge los huesos antes de reunir a los perros de nuevo. Esta regla también aplica a sus amigos caninos, ya sean casuales o cercanos, y esto se debe a que los huesos recreativos pueden impulsar el instinto de protección incluso en el perro más tranquilo.