HISTORIA EN BREVE

  • Un estudio reciente utilizó etiquetas de silicona (para perros) y pulseras (para dueños) para monitorear las exposiciones diarias a sustancias químicas durante un período de cinco días
  • El análisis de los dispositivos de monitoreo de silicona encontró correlaciones muy altas entre los niveles de exposición a pesticidas, retardantes de llama y ftalatos tanto en los perros como en sus dueños; el análisis de orina también reveló la presencia de ésteres organofosforados (que se encuentran en algunos retardantes de llama)
  • Los perros brindan información valiosa sobre las enfermedades en humanos, las cuales se relacionan con la exposición por varias razones, una de las cuales es que los efectos de la exposición (enfermedad) aparecen mucho más rápido en los perros (uno o dos años) que en los humanos
  • Existen varios compuestos tóxicos en el medioambiente que interfieren con la función de las glándulas y las hormonas del sistema endocrino; como padre o madre de una mascota, es importante conocer las toxinas ambientales y tomar medidas para prevenir o limitar la exposición de tu compañero animal

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Nuestros compañeros caninos, que ya desempeñan un papel en la humanidad de muchas maneras maravillosas, también podrían ayudarnos a determinar cómo nos afectan los químicos ambientales.

Estudio en perros utilizó dispositivos de monitoreo en etiquetas de silicona

Para recopilar información sobre las exposiciones diarias a sustancias químicas, los investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y la Escuela Nicholas del Medioambiente de la Universidad de Duke conectaron monitores de silicona a un grupo de 30 participantes caninos y a sus dueños durante un estudio realizado durante cinco días. Los monitores de los perros estaban en sus collares y los humanos los llevaron en pulseras.

Los monitores se diseñaron para rastrear de forma pasiva el entorno y recopilar información sobre las exposiciones diarias a sustancias químicas.

“Los dispositivos de monitoreo de silicona aún son muy nuevos, pero representan una forma económica y efectiva de medir la exposición a los químicos que nos encontramos en la vida diaria, desde pesticidas hasta retardantes de llama”, dijo para un comunicado Catherine Wise, Ph.D., candidata en NC State y autora principal del estudio.
“Sabemos que muchas enfermedades de los humanos causadas por la exposición ambiental son clínicas y biológicamente similares a las que se encuentran en los perros”.

Los dispositivos demuestran niveles de exposición comparables entre humanos y caninos

El resultado obtenido mostró que los perros son una especie con una capacidad muy importante (especies que son muy sensibles a las alteraciones del medioambiente) para detectar efectos a largo plazo de los productos químicos. La síntesis del estudio indica que:

“Los perros brindan información valiosa sobre las enfermedades relacionan con la exposición que ocurren en los humanos, ya que comparten exposiciones similares en el hogar, tienen una esperanza de vida más corta, comparten muchas características clínicas y biológicas y además tienen genomas muy relacionados”.

Al cabo de cinco días, los investigadores analizaron las pulseras y las etiquetas en busca de exposiciones a tres tipos de sustancias ambientales tóxicas que a menudo aparecen en la sangre y la orina de los humanos: pesticidas, retardantes de llama y ftalatos, que se encuentran en envases de plástico para alimentos y productos de cuidado personal.

Descubrieron correlaciones muy altas entre los niveles de exposición de los dueños y sus mascotas. El análisis de orina también reveló la presencia de ésteres organofosforados (que se encuentran en algunos retardantes de llama) tanto en los dueños como en los perros.

Los efectos de la exposición cada vez son más comunes en los perros

De acuerdo con Heather Stapleton, directora del Laboratorio de Análisis Ambiental de Duke en la Escuela Nicholas y coautora del estudio:

“Lo sorprendente de estos resultados fueron los patrones similares de exposición entre las personas y sus mascotas. Está muy claro que el entorno del hogar contribuye a nuestra exposición diaria a los contaminantes químicos”.

De forma curiosa, pero como era de esperar, mientras que los perros y los humanos experimentan niveles de exposición similares, los efectos siguen cronologías muy diferentes.

“Los perros son especiales cuando se trata de relacionar la exposición y los resultados de la enfermedad porque los efectos que podrían tardar décadas en aparecer en los humanos pueden ocurrir en uno o dos años en un perro”, dijo Wise.

En comparación con la esperanza de vida humana, la vida de nuestros perros (en especial las razas grandes) se desarrolla a una velocidad muy rápida; por lo tanto, es lógico que lo que lleva décadas para destruir nuestra salud, toma menos tiempo para destruir la salud de nuestros compañeros caninos.

“Los humanos pasan una gran cantidad de tiempo con sus perros, eso es más cierto en este momento”, dijo Matthew Breen, profesor distinguido Oscar J. Fletcher de genética de oncología comparada en NC State y autor correspondiente del estudio.
“Si desarrollamos formas de correlacionar la enfermedad de los perros con sus exposiciones a lo largo del tiempo, podrían brindarles a los profesionales de la salud humana la oportunidad de mitigar estas exposiciones para ambas especies. En términos biológicos, los perros tienen una increíble capacidad para detectar enfermedades en humanos”.

La docena sucia de disruptores endocrinos

A lo largo de los años, he escrito varios artículos sobre los peligros de los compuestos tóxicos en el medioambiente, en particular los que interfieren con el sistema endocrino. Las glándulas del sistema endocrino incluyen el hipotálamo, pituitaria, pineal, tiroides, suprarrenales, timo, páncreas, testículos y ovarios.

Los químicos disruptores endocrinos (EDC, por sus siglas en inglés) pueden inhibir los procesos hormonales en el cuerpo de tu mascota y en el tuyo. Pueden imitar o bloquear hormonas, interferir con la producción de hormonas y alterar la sensibilidad a las hormonas. También pueden producir más o menos hormonas, actuar como hormonas, convertir un tipo de hormona en otro tipo y alterar la señalización hormonal.

Dado que las hormonas transmiten información a las células y mantienen la homeostasis en el cuerpo, es fácil imaginar los daños que los EDC pueden crear, en especial si se considera la importancia de las hormonas para regular todo, desde las funciones metabólicas hasta la reproducción.

En 2013, el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG, por sus siglas en inglés) publicó la lista “Dirty Dozen” de los peores disruptores endocrinos, que son los peores en esta categoría. Estos incluyen los siguientes:

  1. BPA
  2. Dioxinas
  3. Atrazina
  4. Ftalatos
  5. Perclorato
  6. Retardantes de llamas
  7. Plomo
  8. Arsénico
  9. Mercurio
  10. Productos químicos perfluorados (PFC)
  11. Pesticidas organofosforados
  12. Éteres de glicol

Descubre más sobre cada uno de estos aquí.

Es posible que tu mascota necesite un programa de desintoxicación

La capacidad de tu mascota para eliminar las toxinas acumuladas depende del funcionamiento general de las vías de desintoxicación. Si esas vías no funcionan como deberían, los sistemas de desintoxicación se estresan o se atrofian por completo. Por suerte, existen muchas maneras en que puedes apoyar los mecanismos de desintoxicación de tu mascota para que funcionen de manera óptima. Descubre aquí 10 maneras de ayudar a que el cuerpo de tu mascota se desintoxique.