📝    HISTORIA EN BREVE

  • Los perros tienen un tercer párpado que, en ocasiones desarrolla un problema conocido como ‘ojo de cereza’; esto en realidad es un prolapso de la glándula lagrimal dentro del tercer párpado
  • Este tercer párpado, o membrana nictitante, está diseñado para producir lágrimas, proteger y limpiar la córnea y desarrollar anticuerpos para combatir infecciones
  • El tercer párpado no debería estar a la vista, de lo contrario, es un síntoma de algún problema como el ‘ojo de cereza’, el cual debe ser atendido de inmediato por un veterinario
  • El ‘ojo de cereza’ podría tratarse con medicamentos, pero a menudo es necesario realizar una cirugía (¡pero nunca extirpar la glándula lagrimal!)

🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker

Muchos dueños de perros han tenido la experiencia de ver de repente un bulto rojo o protuberancia en la esquina del ojo de su mascota. El nombre común de esta enfermedad es ‘ojo de cereza’, que es un término que describe mejor dicha condición que el nombre científico "prolapso de la glandula nictitante". Nictitante significa membrana nictitante, que en los perros es un tercer párpado.

Por si no lo sabías, los perros tienen tres párpados. Tienen el párpado superior, el inferior y el tercer párpado, también conocido como membrana nictitante. El tercer párpado es igual sin importar la raza o tamaño del perro, aunque la pigmentación podría variar de una raza a otra. Además, algunos son más claros, mientras que otros son opacos.

Existen otros animales que también tienen membranas nictitantes, como los gatos, pájaros, reptiles, peces y camellos. El tercer párpado ayuda a mantener los ojos húmedos, sin la necesidad de parpadear, ante el viento, arena o suciedad. Como te lo podrás imaginar, esto resulta muy útil al perseguir presas que pueden desaparecer muy rápido.

El tercer párpado de tu perro tiene varias funciones

El tercer párpado es un tejido delgado y opaco que se encuentra en la esquina interna de cada ojo, debajo del párpado inferior, y tiene cuatro funciones esenciales:

  • Ayuda a limpiar la córnea (la superficie transparente en la parte frontal del ojo), al eliminar desechos y mucosidad
  • Tiene una glándula lagrimal que produce alrededor de un tercio de las lágrimas de tu perro
  • Contiene tejido linfático que produce anticuerpos para combatir infecciones
  • Protege la córnea de lesiones

Los ojos humanos trabajan de la misma manera, pero con dos párpados en lugar de tres. Cuando el tercer párpado de tu perro se cierra, parece como si su ojo girara hacia atrás. Y cuando duermen, en ocasiones sus párpados superior e inferior se abren, y puede verse el tercer párpado cerrado o "globo ocular blanco", como lo describen algunos dueños de mascotas.

En la mayoría de los casos, el tercer párpado se mantiene retraído. De lo contrario, podría ser un síntoma de algún problema que debe ser atendido de inmediato por un veterinario. Si de repente, el tercer párpado de tu perro se puede ver, podría significar que su globo ocular se ha hundido en la cuenca debido a un fuerte dolor en el ojo.

También podría ser debido a una lesión en el ojo, o que la parte que sostiene el tercer párpado en su lugar está dañada. Otras razones podrían ser una conjuntivitis alérgica o enfermedades autoinmunes.

En algunos perros, una parte del tercer párpado siempre está a la vista, a está condición se le conoce como haws. Cuando un perro nace con el tercer párpado expuesto, se considera como normal y no es signo de ninguna enfermedad (aunque se considera como indeseable en perros de exhibición).

Ojo de cereza

La glándula lagrimal dentro del tercer párpado se mantiene en su lugar por medio de diminutas fibras de tejido. El prolapso puede desarrollarse en un solo ojo o en ambos, pero cuando aparece en un ojo, es muy probable que aparezca en el otro.

Cuando aparece un prolapso, se ve un tejido rojo, irritado y grueso en la esquina del ojo del perro. Una vez que esta glándula se dilata, podría inflamarse e incluso desarrollar una infección. Podría parecer que tu perro está bien y, por suerte, la afección no suele ser dolorosa. Sin embargo, podría disminuir la lubricación y generar resequedad, debido a que la glándula ya no se encuentra en su posición normal.

Cualquier perro puede desarrollar ‘ojo de cereza’, pero algunas razas son más propensas, incluyendo muchas de las razas braquicéfalas (de cara plana), así como los beagles, el bloodhoundd y bull terriers. También los cocker spaniel, San Bernardo y shar-pei.

Aún se desconoce la causa real del prolapso de la glándula del tercer párpado, pero podría tener una relación con la debilidad del tejido conectivo en los ligamentos que mantienen la glándula en su lugar.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

El prolapso de glándula lagrimal puede tratarse con medicamentos o con cirugía; sin embargo, es fundamental que el tratamiento médico se realice de forma rápida y agresiva. El tratamiento debe comenzar en cuanto aparezca el prolapso, y dentro de las primeras dos semanas. En la mayoría de los casos en donde el prolapso ha estado durante un período prolongado, es necesario realizar una cirugía.

En el caso de un perro que acaba de desarrollar ‘ojo de cereza’, recomiendo implementar un tratamiento agresivo de compresas tópicas (remojar una bolsita de té verde orgánico durante 30 segundos, luego meterla al refrigerador hasta que se enfríe, aplicar sobre el párpado durante 3 a 5 minutos, repetir 3 veces al día), gotas para los ojos con que N-acetilcarnosina, homeopáticos específicos y nutracéuticos (incluyendo colágeno orgánico y MSM) para disminuir la inflamación e intentar reestablecer la integridad de los ligamentos que mantienen la glándula en su lugar.

Si el tratamiento médico no funciona o no es posible realizarlo, es necesario realizar una cirugía para regresar la glándula a su posición normal debajo del párpado inferior. Una de las técnicas, conocida como imbricación de bolsillo, consiste en crear una bolsa en el tejido del tercer párpado para meter la glándula. Debido a la inflamación después del procedimiento, los resultados de dicha cirugía podrían tardar varias semanas en notarse.

Otra técnica, conocida como sutura del borde orbital, consiste en suturar la glándula a los tejidos que rodean el hueso orbital.

Por desgracia, estas cirugías podrían fallar y es necesario realizar un segundo o tercer procedimiento. El progreso después de la cirugía depende de la naturaleza crónica de la afección o del grado de inflamación del tejido ocular. En algunas ocasiones, será necesario lubricar los ojos con gotas para apoyar la película lagrimal, por temporadas o de forma regular, durante el resto de la vida del perro.

En el pasado era común realizar la cirugía para extirpar la glándula lagrimal, pero por fortuna ya no se considera adecuada, ya que disminuye casi la mitad de la lubricación del ojo. Es muy sencillo extraer la glándula, pero no es una buena solución a largo plazo, ya que podría afectar la integridad del ojo. Extirpar la glándula podría provocar queratoconjuntivitis seca (KCS), u ojo seco.

Para prevenir problemas a largo plazo, incluyendo la ceguera, los dueños de perros con KCS deben lubricarles de forma manual los ojos por el resto de sus vidas. Si tu veterinario sugiere extirpar la glándula, te recomiendo consultar con un cirujano más actualizado para tener una segunda opinión.

No hay nada que puedas hacer para prevenir el ‘ojo de cereza’, pero si tu perro desarrolla este problema, es fundamental llevarlo al veterinario de inmediato para comenzar el tratamiento médico, con la esperanza de prevenir la cirugía y restaurar la salud de sus ojos.