📝    HISTORIA EN BREVE

  • La anemia es una enfermedad en la que hay un recuento demasiado bajo de glóbulos rojos; estas células contienen una proteína rica en hierro que se conoce como hemoglobina y se encarga de transportar la sangre oxigenada a todos los tejidos
  • La anemia tiene tres causas: pérdida de sangre, destrucción de glóbulos rojos (anemia hemolítica) o falta de glóbulos rojos (anemia aplásica)
  • Cuando tu mascota no tiene suficiente hemoglobina para transportar el oxígeno a los tejidos, se produce una falta de oxígeno que puede causar síntomas como debilidad, letargo, frecuencia cardíaca elevada, membranas mucosas blancas, pérdida de apetito y respiración acelerada
  • La anemia es fácil de diagnosticar, pero es muy importante identificar el problema subyacente, ya que el tratamiento depende de la causa principal

🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker

La anemia es una enfermedad que se caracteriza por un número demasiado bajo de glóbulos rojos (eritrocitos). Estos glóbulos rojos contienen hemoglobina, una proteína rica en hierro que transporta oxígeno a todos los tejidos.

Con el paso del tiempo, los glóbulos rojos envejecen (tienen una vida útil promedio de unos dos meses) o se dañan, por lo que el bazo procede a recolectarlos y eliminarlos de la circulación. Parte de la molécula de hemoglobina se recicla en la médula ósea para producir glóbulos rojos nuevos, mientras que las otras partes se procesan en el hígado.

Las causas más comunes de la anemia

La anemia tiene tres causas principales, que son:

  • Pérdida de sangre
  • Destrucción de glóbulos rojos (anemia hemolítica)
  • Producción insuficiente de glóbulos rojos (anemia aplásica), que representa casi el 80 % de los casos de anemia en gatos

La anemia por la pérdida de sangre puede relacionarse con un traumatismo, una cirugía o algún trastorno hemorrágico que causa una reducción repentina del número total de glóbulos rojos. Aunque este tipo de anemia también puede ser un síntoma de otra enfermedad crónica, que incluyen sangrado por úlceras en el tracto gastrointestinal (GI), parásitos internos o externos, cáncer, entre otros.

Por su parte, la anemia hemolítica se produce por la destrucción o el acortamiento de la vida útil de los glóbulos rojos, lo que significa que no tiene suficientes glóbulos rojos en la circulación. Este tipo de anemia puede ser inmunomediada, pero no siempre.

La anemia hemolítica autoinmune es una enfermedad en la que el cuerpo de un animal ve sus propios glóbulos rojos como invasores extraños y comienza a atacarlos. Mientras que la anemia hemolítica no inmunomediada es la destrucción de los glóbulos rojos por otros medios, que incluyen parásitos de los glóbulos rojos, enfermedades hereditarias, toxinas o un nivel bajo de fósforo.

Por último, tenemos la anemia aplásica, que es una producción insuficiente de glóbulos rojos que puede relacionarse con varios trastornos diferentes, tales como los tumores de la médula ósea, la enfermedad renal crónica y otros problemas de salud que afectan la producción de glóbulos rojos. Algunas de las causas de este tipo de anemia incluyen las infecciones como parvovirus o Ehrlichia, así como los agentes quimioterapéuticos, las sulfonamidas, los estrógenos y, en ocasiones, la exposición a radiación y toxinas.

Síntomas y  métodos de diagnóstico más comunes

Cuando una mascota tiene niveles demasiado bajos de glóbulos rojos y ,como resultado, no tiene la hemoglobina que necesita para transportar el oxígeno a sus tejidos, se produce una falta de oxígeno, que puede causar síntomas como debilidad, letargo, intolerancia al ejercicio, frecuencia cardíaca acelerada, membranas mucosas pálidas (por lo general se notan en la boca, encías o la lengua, ya que se vuelven de color rosa pálido a blanco), confusión mental, pérdida de apetito, respiración rápida y colapso. Y, cuando una mascota expulsa una gran cantidad de sangre digerida del tracto gastrointestinal, también hará heces negras.

La buena noticia es que la anemia es fácil de diagnosticar. Algunos de los análisis para diagnosticar este problema de salud incluyen un conteo sanguíneo completo, un volumen de células empaquetadas y un panel de bioquímica en suero. También se puede analizar un frotis de sangre bajo un microscopio para evaluar la estructura de los glóbulos rojos.

Además, se puede analizar la orina, y en el caso de los perros un análisis para detectar Ehrlichia canis.

Tu veterinario también podría solicitar un panel de coagulación, así como una prueba de tiempo de sangrado de la mucosa para evaluar la capacidad de coagulación de tu mascota. El análisis fecal es otra opción que evalúa la pérdida de sangre oculta, que es la pérdida de sangre de los intestinos.

La cuestión aquí es que diagnosticar anemia no es suficiente, ya que siempre hay una causa subyacente que se debe identificar. A diferencia de la anemia, identificar la causa subyacente puede ser más complicado. Hay muchos otros análisis y diagnósticos que se deben realizar para determinar que está causando los niveles bajos de glóbulos rojos, que incluyen una abdominocentesis para verificar si hay líquido o sangre en el abdomen debido a un traumatismo, un trastorno hemorrágico, un problema con el bazo o una complicación de una cirugía previa. Otros análisis pueden incluir radiografías abdominales, una ecografía o una endoscopia para observar el interior del abdomen en busca de tumores o úlceras.

También hay análisis que pueden identificar la presencia de enfermedades infecciosas, como micoplasma o Babesia. En ocasiones, se realiza un análisis de ADN para encontrar defectos genéticos en razas susceptibles. Y, claro que existen otros análisis para determinar si tu mascota tiene cáncer o una enfermedad autoinmune.

El tratamiento de la anemia depende de la causa subyacente

Si sospechas que tu mascota podría tener anemia, consulta a tu veterinario cuanto antes. Hay ciertos tipos de anemia que pueden ser mortales.

El tratamiento consiste en controlar el sangrado, restaurar el volumen de sangre, encontrar y resolver las causas subyacentes de la pérdida crónica de sangre y brindar cuidados. Según la causa de la anemia, las opciones de tratamiento pueden incluir:

Fluidoterapia intravenosa (IV) para incrementar el volumen de sangre

Antibióticos para tratar la infección bacteriana

Medicamentos para combatir los parásitos

Transfusiones de concentrados de células, sangre completa, plaquetas o plasma fresco congelado

Vitamina K1 para tratar los problemas de coagulación o ciertas intoxicaciones

Suplementos de fosfato de potasio

Transfusiones de médula ósea

Protectores gastrointestinales

Cirugía para reparar la causa del sangrado

 

En el caso de las mascotas, la anemia rara vez se relaciona con la deficiencia de hierro. Por esa razón, debes evitar los suplementos de hierro, a menos que tu mascota sea uno de los casos muy raros en los que existe una deficiencia de este mineral. Las mascotas con anemia deben recibir supervisión durante todo el tratamiento.

Por lo general, una vez que se identifica la causa de la anemia aplásica aguda, se puede revertir en cuestión semanas. Pero, la anemia aplásica crónica suele ser un problema de salud más grave y más difícil de curar.

Por su parte, la anemia por pérdida de sangre se puede resolver tan pronto como se identifique y trate la causa del sangrado. En el caso de la anemia por cáncer, el pronóstico es menos optimista y depende de la respuesta de la mascota al tratamiento de la causa subyacente, que es el cáncer. Muchas causas de la anemia hemolítica se pueden resolver una vez que se identifique la causa de la destrucción de los glóbulos rojos.